Una delegación al más alto nivel de la industria farmacéutica europea, formada por representantes de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), ha pedido este lunes en Madrid un impulso conjunto con las administraciones públicas para recuperar el terreno perdido en Europa en los últimos años en el campo de la investigación biomédica frente a Estados Unidos y Asia.
En un acto organizado por Efpia y Farmaindustria, y en el que han participado también representantes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), investigadores y clínicos y de asociaciones de pacientes de nuestro país, el sector farmacéutico europeo ha recordado cómo a principios de los años 90, Europa era la región líder -por encima de Estados Unidos y Japón- en inversión en I+D de nuevos medicamentos. Hasta el 43% de los nuevos medicamentos que llegaban al mercado habían sido investigados y desarrollados en Europa, frente al 21% de Estados Unidos. Pero a partir de 1997 esta tendencia se invirtió, y hoy en Estados Unidos se desarrollan el 47% de los nuevos medicamentos, frente al 23% en Europa.
Para recuperar este liderazgo, la futura Estrategia Farmacéutica Europea, presentada a finales del año pasado por la Comisión Europea y cuyas medidas se están concretando, puede ser la mejor oportunidad, aseguraron los representantes de Efpia. “Abogamos por avanzar hacia un nuevo ecosistema colaborativo y flexible que refleje las lecciones aprendidas de la pandemia por Covid-19. Para ello es necesario contar con un marco regulatorio competitivo que se adapte a los avances científicos y tecnológicos. Sólo un ecosistema de innovación de primer nivel que preserve los incentivos y la propiedad industrial puede atraer mayor inversión a Europa y hacer de ella una región líder en I+D”, afirmó el vicepresidente de Efpia y presidente de la compañía farmacéutica francesa Servier, Olivier Laureau.
Un sector estratégico para el bienestar social
Como se ha constatado con la pandemia, la industria farmacéutica es un sector estratégico para la sociedad. En Europa, las compañías farmacéuticas dan empleo directo a más de 830.000 personas, de las que 125.000 se dedican a actividades de I+D, e invierten anualmente alrededor de 39.000 millones de euros en I+D. Es esta inversión continuada en investigación, la industria farmacéutica la que ha proporcionado en las últimas décadas grandes avances en la prevención y tratamiento de pacientes con patologías críticas como el cáncer, Alzheimer, diabetes o enfermedades infecciosas y raras o poco frecuentes, y la que ha hecho posible desarrollar vacunas contra el coronavirus en menos de un año.
Las compañías farmacéuticas europeas consideran que las necesidades médicas de los pacientes deben ser el punto de partida de esta estrategia. Porque -como advirtió Laureau- la innovación de nada sirve si no llega a los pacientes. En este sentido, explicó que algunas medidas que la Comisión Europea contempla incluir en la citada Estrategia representan un riesgo para el modelo de I+D farmacéutica. Así, y con el fin de abordar algunos de los objetivos primordiales, que son mejorar la disponibilidad de medicamentos en el conjunto de la UE en un marco de sostenibilidad financiera de los sistemas de salud, se baraja “reducir los incentivos a la investigación o imponer nuevas obligaciones regulatorias a las compañías farmacéuticas -señaló Laureau-. Este enfoque no abordará de forma efectiva estos aspectos”.
El sector entiende que la futura estrategia debería, por el contrario, conciliar tres objetivos básicos de los sistemas de salud: el mejor acceso de todos los ciudadanos europeos a todos los tratamientos disponibles; la sostenibilidad de las cuentas públicas a través de la colaboración público-privada, e implicando, junto a las administraciones y la industria farmacéutica, a los clínicos, la comunidad científica y los pacientes, y el desarrollo de la actividad innovadora e industrial de las compañías farmacéuticas; esto es, conciliar acceso, sostenibilidad e innovación en marco equilibrado.
Para lograr estos objetivos, las compañías farmacéuticas se comprometen a colaborar con todos los agentes concernidos, a través de un diálogo estructurado, para buscar soluciones que aborden los problemas de acceso y disponibilidad de las innovaciones, y crear marcos regulatorios y de incentivos que faciliten la I+D de la próxima generación de medicamentos y vacunas para mejorar la salud de los ciudadanos e impulsar el crecimiento económico de Europa.
Dentro de esos compromisos, Efpia ya tiene en marcha un portal de transparencia que recoja la situación de los procesos de solicitud por parte de las compañías de precio y financiación pública en cada Estado Miembro, con el fin de contribuir a la mejora de la equidad en el seno de la UE, y también se trabaja en una propuesta de Precios Diferenciados Basados en la Equidad, que garantice que los precios de las innovaciones varíen entre países dependiendo de su nivel económico y su capacidad de pago y estén sujeto al principio de solidaridad, en beneficio de los pacientes vivan donde vivan.
Un plan español alineado con la estrategia europea
Las medidas que se decidan en esta Estrategia Farmacéutica Europea tendrán también su impacto directo en España. Así lo destacó el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, quien afirmó que, si Europa está poniendo en marcha su estrategia farmacéutica e industrial y su marco de políticas de investigación, nuestro país debería estar alineado con este plan. De hecho, recordó, el Gobierno ha anunciado para este año un Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. “Creemos que este puede ser el instrumento adecuado para definir con la Administración un marco estratégico en el que poder desarrollar las potencialidades de nuestro sector desde la triple perspectiva sanitaria, económica y social”.
“Este plan -dijo-, debe compartir la visión de la oportunidad que tenemos por delante, y especialmente en el campo de la investigación, donde nos distinguimos de otros ámbitos en los que España no ocupa una posición de vanguardia. Aquí sí. Aquí tenemos las bases necesarias no para ser sólo usuarios de las nuevas tecnologías, sino para contribuir a crearlas y para estar entre los líderes”, aseguró el presidente de Farmaindustria.
El sector en España confía en que un clima de cooperación, diálogo y confianza con la Administración en el marco de un Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica alineado con la futura Estrategia Farmacéutica Europea “generará ese necesario entorno regulatorio que no sólo permita encontrar soluciones a problemas hoy existentes, sino que actúe de verdadera palanca para aprovechar las oportunidades que tenemos por delante”, afirmó López-Belmonte.
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