“La industria farmacéutica está preparada para ser uno de los sectores estratégicos que contribuya a la reactivación económica de España y atraiga nuevas inversiones internacionales”. Así lo expresó este jueves el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, en un encuentro en la Universidad de Granada, donde fue el protagonista del ciclo Diálogos con la sociedad, organizado por el Consejo Social de la universidad andaluza. “Como hemos visto durante la pandemia, el sector ha respondido bien, nos hemos ganado una posición de prestigio internacional en ensayos clínicos y, si entre todos creamos las condiciones adecuadas, podemos convertir a España en un verdadero polo internacional de inversiones en el sector farmacéutico”.
En este sentido, el presidente de Farmaindustria celebró que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía, España Puede, reconozca el carácter estratégico de la industria farmacéutica, y que en las reformas que plantea incluya el desarrollo de un Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, e insistió en la voluntad del sector de trabajar con la Administración en ese marco de colaboración.
Resaltó que Farmaindustria ha venido planteando a la Administración una estrategia de trabajo que, desde la cooperación, permita que el farmacéutico sea uno de los sectores estratégicos que contribuya a la reactivación económica y al impulso de un nuevo modelo productivo para los próximos años. “Un modelo -afirmó- en el que los grandes sectores clásicos de la economía española, como el turismo y la automoción, se vean complementados por otros vinculados a la innovación y el empleo de calidad y con capacidad de atraer nuevas fuentes de inversión internacional”.
Recordó en esta línea que en España la industria biofarmacéutica es un sector líder en I+D: uno de cada cinco euros que la industria española invierte en I+D procede de las compañías farmacéuticas. Es un sector líder también en producción y exportación de alta tecnología, con el 24% del total. Y es líder asimismo en empleo de calidad: proporciona un empleo estable (el 94% de nuestros empleados son indefinidos), cualificado (dos de cada tres son titulados universitarios) y diverso (el 52% son mujeres y casi uno de cada tres nuevos empleos corresponden a jóvenes de menos de 29 años).
Más allá de estos datos, subrayó, cada empleo directo genera hasta cuatro adicionales, y cada euro que invertido genera entre uno y dos euros en otros sectores. “Constituimos, por tanto, un sector de vanguardia, vinculado a la innovación y al conocimiento y con potente efecto tractor sobre el resto de la economía. Podemos decir que es una industria que todo país quisiera tener fuertemente implantada en su territorio”.
Farmaindustria, destacó López-Belmonte, ya trasladó el pasado verano en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica una propuesta al Gobierno que planteaba un marco de colaboración estratégica sobre la cual la industria farmacéutica que opera en España se comprometía a trabajar y que estaba centrada en cuatro grandes líneas: generación de empleo cualificado, impulso a la producción de medicamentos, fomento de la investigación biomédica y colaboración para prepararnos ante futuras crisis sanitarias.
Estos objetivos ya cuentan con algunas iniciativas concretas. Así, citó el proyecto presentado hace semanas al Ministerio de Industria para impulsar las capacidades estratégicas industriales en España. Se trata de un proyecto para aumentar la producción en nuestro país de medicamentos esenciales y reducir la excesiva dependencia de países asiáticos en la producción de algunos principios activos básicos para el cuidado de la población.
El proyecto, que cuenta con la participación de compañías de Farmaindustria, de principios activos y de genéricos, aspira a ser uno de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) que apruebe en su momento el Consejo de Ministros. “Esta iniciativa responde a dos objetivos -explicó-: uno sanitario, en tanto proporcionaría más seguridad para nuestra población, y otro económico y social, puesto que implicaría el refuerzo del tejido productivo, con sus efectos consiguientes en empleo y exportación”.
Oportunidad en la investigación de excelencia
Otra de las iniciativas en las que trabaja Farmaindustria está relacionada con la investigación clínica de excelencia en España. “La oportunidad también aquí es clara”, afirmó. “España es ya un país de referencia en la realización de ensayos clínicos. Esta posición tiene un valor que debe ser conocido por la población. Los ensayos clínicos, que prueban los medicamentos en humanos, son en su gran mayoría promovidos por la industria, por lo que aportan fondos para los hospitales que los acogen, y se contribuye así a la dotación financiera del sistema sanitario”. Además, resaltó, de ello nos beneficiamos todos como pacientes. “Podemos acceder a ensayos clínicos, que en caso de enfermedades graves que no hayan respondido a los tratamientos ya aprobados pueden ser la última oportunidad de curación, y disfrutamos de un sistema sanitario con profesionales con la más alta preparación”.
Los Gobiernos de muchos países, recordó, han tomado conciencia de este modelo y hacen todo lo posible para atraer este tipo de inversiones a sus respectivos países y tienen planes muy sólidos para hacerlo. La competencia entre países por conseguir estas inversiones es muy grande. Hay que recordar que la industria farmacéutica invierte en I+D del orden de 150.000 millones de euros al año en el mundo.
“Lo estamos viviendo todos los días –aseguró-, y más ahora, con la producción de las vacunas. Todos los países quieren tener esas inversiones en sus territorios. Los Gobiernos saben que este sector es más resistente a las crisis económicas, que genera riqueza. Riqueza que ayuda a mantener el estado de bienestar y a poder satisfacer las demandas sociales de los ciudadanos. Para los Estados, para los Gobiernos y para las empresas el desafío más importante es generar riqueza y prosperidad, y nuestra industria las genera”.
El reto del binomio acceso y sostenibilidad
López-Belmonte recordó en Granada el compromiso de la industria farmacéutica con la Administración y el sistema sanitario, y puso el énfasis en un asunto “crucial” para la industria, los pacientes, los profesionales y para el sistema público de salud: el acceso de los pacientes a los mejores y más novedosos medicamentos y la sostenibilidad del presupuesto público sanitario. “El acceso al mercado de los medicamentos es la principal palanca de competitividad de la industria farmacéutica”, afirmó. “Por tanto, es un factor clave para conseguir ese efecto dinamizador de la economía de nuestro sector. Y pensemos también que un óptimo acceso de los pacientes a los mejores fármacos permite aumentar la calidad asistencial”.
A su vez, resaltó, la industria farmacéutica tiene la obligación de proporcionar a los pacientes el mejor y más rápido acceso a las terapias más innovadoras y hacerlo de forma sostenible. “Y eso es factible: debemos para ello incorporar las mejores prácticas internacionales en materia de acceso, debemos desarrollar vías novedosas de financiación sostenibles y debemos colocar al paciente y la equidad como bases de la actuación”.
El acto organizado por el Consejo Social de la Universidad de Granada, que fue retransmitido por vía telemática, contó con la asistencia de algunas personalidades, como la rectora de la Universidad, Pilar Aranda; el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía, Rogelio Velasco, y la presidenta del Consejo Social, María Teresa Pagés, entre otras autoridades y representantes de los ámbitos universitario, sanitario y social.
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