“La innovación farmacéutica no pone en riesgo la viabilidad futura de nuestro sistema sanitario; todo lo contrario, no cabe pensar en sostenibilidad futura sin innovación, puesto que aporta soluciones a los pacientes y en consecuencia ahorros al sistema”. Así se expresó el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, ante la Asamblea General Ordinaria de la Asociación celebrada este jueves en Madrid. Subrayó el compromiso de las compañías farmacéuticas con las personas que padecen una enfermedad, y por tanto con la importancia de velar por que puedan acceder a los medicamentos que necesitan. Y enfatizó también su corresponsabilidad con la sostenibilidad del sistema sanitario, que se traduce en la busca de fórmulas eficaces como los acuerdos de riesgo compartido y el pago por resultados.
Sellés, que insistió en el concepto de corresponsabilidad de las compañías farmacéuticas, como agentes esenciales del sistema sanitario y del cuidado de la salud, reafirmó la “constante y leal voluntad de diálogo de la industria”, y puso como ejemplo el Convenio de Farmaindustria con el Gobierno, que en 2018 cumplió su tercer año de vigencia y que a final de año se volvió a prorrogar. A través del mismo, la industria se obliga a retornar al Estado el exceso del gasto público en fármacos si su crecimiento es superior al del PIB, lo que constituye una doble garantía: para los pacientes, que pueden acceder a todos los medicamentos disponibles, y para la Administración, que tiene un instrumento eficaz de control presupuestario.
Más allá, el presidente de Farmaindustria destacó en su intervención que la industria farmacéutica en España “ha demostrado que es un sector capaz de responder a los retos que se nos presentan”. En este sentido, señaló que la pujante realidad del sector, unida a la idónea situación de España como plataforma para la investigación biomédica y la realización de ensayos clínicos, sitúa al sector, por derecho propio, como “una gran oportunidad para España como sector tractor y referencia del modelo económico al que debe caminar el país”.
Destino preferido para investigar
Todas estas características sectoriales quedan reflejadas en la Memoria de actividades aprobada por la Asamblea. El documento, que puede consultarse ya en la página web de Farmaindustria, refleja un año más el liderazgo del sector en I+D, ya que copa el 20,3% del total destinado a esta actividad por todos los sectores industriales. Veinte medicamentos con nuevos principios activos llegaron a los pacientes españoles el año pasado.
“La investigación biomédica, que es la razón de ser de la industria farmacéutica, llamada a dar con nuevos tratamientos para los pacientes, nos abre una oportunidad magnífica de atraer nueva inversión”, aseguró Sellés respecto a la situación de España ya como “referencia internacional en ensayos clínicos”. La colaboración de la industria con centros públicos y privados de investigación (que supone casi la mitad de la inversión del sector en I+D) cuenta con el impulso de programas e iniciativas de dinamización y coordinación de actividades novedosas puestos en marcha por Farmaindustria, tal y como consta en la Memoria.
Además, la Memoria expone cómo la industria farmacéutica concentra en los 41.000 puestos de trabajo que genera de forma directa el empleo más estable (94,2% de contratos indefinidos), cualificado (62,4% titulados) y diverso (52% mujeres) de toda la industria española. Y con respecto al peso industrial y económico del sector, el documento recoge datos tan relevantes como los más de 11.000 millones de euros en exportaciones en 2018, el 25% de la alta tecnología que exporta España, y los 15.000 millones en producción en suelo español, que dan idea del valor de un sector empresarial sólido, creador de riqueza, de alta productividad y vinculado a la I+D y la innovación.
Fuerte compromiso social
Por otro lado, también destacan en la Memoria los datos referentes a la aplicación del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, por cuyo cumplimiento vela la Unidad de Supervisión Deontológica. Fruto de la apuesta del sector por la transparencia es que se hacen públicas las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios y organizaciones de pacientes, las mediaciones y sanciones del Sistema de Autorregulación y las evaluaciones de las reuniones científico-profesionales organizadas por terceros. En 2018, la Unidad de Supervisión Deontológica analizó y verificó 3.894 reuniones científicas, de las que el 96% cumplían con el Código y el 4% restante necesitó correcciones.
Otras facetas del compromiso social de la industria farmacéutica son la medioambiental, a través de la iniciativa Sigre, y la de la seguridad, con la puesta en marcha de SEVeM. Sigre, tal y como se refleja en la Memoria, es la entidad sin ánimo de lucro creada por la industria farmacéutica, en colaboración con las oficinas de farmacia y los distribuidores, para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico. En 2018, a través de los 21.800 puntos Sigre instalados en oficinas de farmacia, se recogió una media de 103,1 gramos por habitante de envases vacíos o con restos de medicamentos y se logró reciclar el 62,34% de los materiales de envases recuperados. En esta línea, las compañías farmacéuticas han avanzado con fuerza, y de la mano de Sigre, en el impulso del ecodiseño en los envases de medicamentos.
En SEVeM, la industria farmacéutica se une al resto de agentes de la cadena de suministro para crear y gestionar un sistema de verificación de medicamentos, conectado a escala europea, cuyo principal objetivo es prevenir la entrada de medicamentos falsificados en la cadena legal y reforzar así la seguridad de los pacientes. Con más de 11.400 referencias de fármacos integradas ya en el sistema, SEVeM conecta ya a la gran mayoría de los almacenes de distribución de fármacos ubicados en España y a la práctica totalidad de las oficinas de farmacia del país.
Inversión, no gasto
Con esta sólida carta de presentación, tanto de realidades como de compromisos, el presidente de Farmaindustria instó al futuro Gobierno de España y al conjunto de las Administraciones a reforzar el diálogo para trabajar juntos por el presente y el futuro del sistema sanitario y la calidad de la atención para los pacientes. Sellés mostró su preocupación por la inestabilidad que han provocado la provisionalidad del Gobierno y los procesos electorales y, especialmente, por la incertidumbre ante las medidas recogidas en la Actualización del Programa de Estabilidad, haciéndose eco algunas de ellas del informe de la AIReF sobre el gasto farmacéutico en recetas. Tales medidas tienden a ver la adquisición de medicamentos como un mero gasto, en lugar de una inversión, en tanto que proporciona ahorros constatados tanto en otras prestaciones sanitarias como en la productividad de un país, además de mejorar la calidad de vida de las personas. Contemplan al medicamento, además, como cualquier otro bien de consumo, sin su cualidad diferencial de instrumento esencial para el cuidado de la salud y sin tener en cuenta las consecuencias negativas de carácter sanitario que de ello se podrían derivar.
Sellés tendió de nuevo la mano al Gobierno, en la línea de lealtad y ánimo de colaboración mostrada por las compañías farmacéuticas con la prórroga del Convenio de Colaboración, que implica un sacrificio grande para un sector innovador obligado a crecer incluso por encima de la economía del país, y llamó a la cooperación a todos los agentes del sector. “Hemos de construir un discurso que trascienda la rutinaria vinculación de medicamento y gasto y, al contrario, ligue la innovación a su cualidad real de inversión, de solución. Hemos de ser capaces entre todos de convertir estos desafíos en oportunidad –pidió a los responsables de las compañías farmacéuticas-. Tenemos a nuestro favor los argumentos y la razón para contribuir a que la sociedad y nuestros gobernantes nos vean como un agente clave de progreso sanitario, económico y social”.
Consulte aquí el contenido de la Memoria anual de actividades de Farmaindustria 2018.