La demanda de prescripciones en España ha pasado de un consumo cercano a 1.000 millones de recetas al año en 2012 a apenas superar las 850 millones de recetas al año. Este descenso en el número de recetas dispensadas se debe, principalmente, a la modificación del régimen de copago, el cual ha tenido un efecto estructural de contención del crecimiento de la demanda de recetas, tal y como recoge el Boletín de Coyuntura del Mercado del Medicamento en España Número 113 de los que publica mensualmente Farmaindustria.
Los 10 años previos a la introducción del nuevo régimen de copago (el periodo comprendido entre 2002 y 2011), el gasto farmacéutico creció a una tasa media anual del 3,8%, fruto, principalmente, de un incremento medio del número de recetas del 4,4%. Para hacer frente a esta situación, propiciada por los incrementos importantes de población o el progresivo envejecimiento de la misma –entre otros factores-, una de las medidas introducidas en el Real Decreto-ley 16/2012 fue una modificación del régimen de copagos farmacéuticos que entró en vigor en julio de 2012.
Así, en el periodo de 12 meses que media entre la entrada en vigor de este nuevo régimen de copagos farmacéuticos y junio de 2013, se produjo un descenso tendencial de la demanda de recetas que alcanzó los 12 millones de prescripciones menos al mes. Tras superar los 12 primeros meses en la aplicación del nuevo copago y un repunte transitorio de 6 meses, el consumo de recetas se ha estabilizado desde comienzo de 2014.
Caída de la inversión en I+D
Por otro lado, el Boletín también recoge que, aunque la inversión en I+D de la industria farmacéutica radicada en España mantiene una cierta inercia, lo cierto es que 2013 fue el cuarto año consecutivo en el que se registró una ligera caída, según la Encuesta sobre Actividades de I+D que elabora Farmaindustria anualmente entre sus asociados, referida a 2013 y que se puede consultar pinchando sobre este enlace: Encuesta sobre Actividades de I+D
Las compañías farmacéuticas asentadas en España invirtieron 928 millones de euros en I+D en 2013, lo que supone un descenso del 4,6% con respecto al año anterior. Esta caída, sumada a la de los tres ejercicios anteriores, se justifica, en gran parte, por la pérdida de ingresos por ventas de los laboratorios en España como consecuencia de las medidas de regulación implantadas desde el año 2010. En este sentido, existe una fuerte correlación entre la evolución de las series de gasto farmacéutico público y de gasto en I+D farmacéutico.
La correlación entre las series de gasto farmacéutico público e I+D supera el 90%, llegando al 96% cuando se toma un año de retardo en la I+D. Dicho retardo refleja la fuerte inercia que tiene el gasto en I+D, ya que normalmente las compañías inmersas en programas de investigación continúan con su desarrollo aunque su base de ingresos caiga en el corto plazo. Sin embargo, si la pérdida de ingresos se convierte en algo estructural, el ajuste acaba por trasladarse a la inversión en I+D.
Por consiguiente, la fuerte caída del mercado farmacéutico español de los últimos años –sumado a la falta de expectativas concretas de mejora- ha provocado que las empresas necesiten reajustar sus estructuras de costes. En el caso de la I+D, el ajuste es más moderado en el corto plazo, mientras que es más intenso en el medio y largo plazo.
Para concluir, el Boletín advierte de la importancia de diseñar políticas que permitan crear un entorno y unas expectativas favorables en los sectores industriales más intensivos en investigación, unas políticas que no penalicen su contribución en esta área y que permitan una explotación adecuada de todas sus potencialidades. Todo ello, cabe destacar, en un contexto en el que España está volviendo a la senda del crecimiento económico.