El uso inapropiado de los antibióticos ha generado en las últimas décadas la aparición creciente de infecciones resistentes a estos fármacos, lo que se ha convertido en una amenaza para la salud pública global. Afrontar este reto con garantías de éxito, a través del uso adecuado y prudente de los antibióticos, requiere del concurso de todos los agentes que participan en la cadena sanitaria: profesionales sanitarios (médicos, veterinarios, farmacéuticos y profesionales de enfermería), administraciones sanitarias, industria farmacéutica y pacientes.
Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos y (este sábado 18) del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, Farmaindustria destaca la importancia de encontrar soluciones conjuntas con el resto de agentes sanitarios para afrontar este reto. Sólo en el contexto europeo, según datos de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI), cada año las resistencias antimicrobianas causan 25.000 muertes y generan un coste sanitario de 1.500 millones de euros.
El director del Departamento Técnico de Farmaindustria, Emili Esteve, recuerda que los antibióticos están indicados para infecciones bacterianas, por lo que su uso en otro tipo de infecciones, como las víricas, no es apropiado, y considera que es necesaria la colaboración de todos los agentes de la cadena del medicamento.
Al mismo tiempo, considera que “prevenir las infecciones es muy importante para combatir las resistencias, y por eso la vacunación constituye un elemento esencial en la lucha contra este problema: si la población está vacunada, el número de infecciones es mucho menor y, por consiguiente, la posibilidad de uso inapropiado de antibióticos también disminuye”.
Desarrollo de nuevos antibióticos
Junto al uso adecuado de los fármacos ya existentes, otra de las vías para afrontar el problema es la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos antibióticos, un reto complejo que requiere también de la colaboración de todos los agentes.
“Como es natural -señala Esteve-, la investigación de la industria farmacéutica aspira a obtener un retorno desde el punto de vista científico, de manera que los nuevos antibióticos sean realmente eficaces en su cometido de eliminar microorganismos que afectan a los pacientes; pero también necesita obtener un retorno a la inversión que requiere el proceso de investigación y desarrollo de un medicamento. Obtener este tipo de retorno es especialmente complicado en el caso de los nuevos antibióticos porque, por razones sanitarias, estos fármacos se deben circunscribir a un número limitado de pacientes, están reservados para cuando no hay otra solución y por lo tanto en este caso el número de envases que se consumen es muy reducido”.
En consecuencia, añade el representante de Farmaindustria, “se trata de una situación muy compleja que no favorece a la investigación de los nuevos antibióticos y que debe solucionarse por parte de las autoridades a través de nuevos incentivos que favorezcan la investigación en este terreno”.
En la misma línea, Stefan Oschmann, presidente la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (EFPIA), de la que forma parte Farmaindustria, ha recordado que la industria farmacéutica participa activamente en el programa europeo New drugs for bad bugs (Nuevos medicamentos para microbios malos), que se enmarca en la citada Iniciativa de Medicamentos Innovadores y que desde la colaboración busca incentivar la investigación de nuevos antibióticos y mejorar el conocimiento sobre los agentes patógenos. La iniciativa está dotada con 700 millones de euros, de los que la mitad proceden de compañías farmacéuticas.
“El reto fundamental consiste en superar la paradoja de que [por razones sanitarias] cada nuevo antibiótico va a ser escasamente utilizado, y por eso hemos de buscar nuevos modelos económicos que permitan generar incentivos financieros sostenibles para los laboratorios que están trabajando en el desarrollo de estos medicamentos”, explica Oschmann.
El presidente de EFPIA coincide en que “para afrontar con garantías la resistencia a los antibióticos es necesaria la colaboración entre gobiernos, industria farmacéutica humana y veterinaria, profesionales sanitarios, expertos en medio ambiente, profesionales del sector agropecuario y pacientes”, ya que “sólo mediante medidas conjuntas se logrará encontrar la solución a este problema”.
El planteamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es similar. Para el organismo internacional, la resistencia antimicrobiana constituye un reto global que requiere de una acción conjunta entre las distintas administraciones y el conjunto de la sociedad. Al margen de la mortalidad que provocan las infecciones resistentes, la OMS recuerda que la resistencia a los antibióticos puede llegar a comprometer el éxito de los procedimientos quirúrgicos, los trasplantes e incluso de la quimioterapia contra el cáncer, y que tiene también efectos negativos en materia de economía de la salud, ya que los pacientes que sufren infecciones resistentes generan un coste sanitario mayor debido a la mayor duración de la enfermedad, la necesidad de más pruebas y el uso de fármacos más caros.