La innovación debe jugar un papel fundamental en el futuro del Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin ella no sería posible la mejora de la vida de los pacientes, pero, como ha puesto de manifiesto esta pandemia, tampoco sería posible la recuperación económica de nuestro país. Así lo puso de manifiesto el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, este jueves en el IV Congreso de Organizaciones de Pacientes, organizado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP): “Los pacientes son nuestra razón de ser, por eso las compañías farmacéuticas invertimos cada año 150.000 millones de euros a nivel mundial en I+D que nos permiten desarrollar medicamentos y vacunas para mejorar sus vidas. Esta gran inversión es buena para los pacientes, pero también para el resto de ciudadanos, porque todos más tarde o más temprano acabaremos siendo pacientes”, afirmó.
Recordó que la innovación es todo aquello que permite mejorar la vida de las personas. En el caso de los medicamentos, porque les permiten vivir más años o con más calidad de vida. “Hemos sido capaces de convertir una enfermedad mortal en crónica, como con el VIH, o incluso curar enfermedades” que acababan conduciendo a la muerte, subrayó Sellés.
Sin embargo, la innovación no es sólo disruptiva. Como recordó el presidente de Farmaindustria, hay dos tipos de innovación: la transformacional, representada en los casos anteriores, y la incremental, que implica pequeños cambios en los medicamentos que proporcionan notables mejoras para los pacientes. “La ciencia avanza pasito a pasito. Los grandes pasos se dan de tarde en tarde. Así que si queremos disponer de la innovación transformacional debemos también valorar la innovación incremental como se merece”, aseveró.
Lamentó, asimismo, que los distintos agentes que componen el sistema sanitario entiendan de manera distinta qué es innovación y propuso más diálogo y escucha sobre las necesidades del paciente “para acabar hablando todos el mismo lenguaje”.
También lamentó que siempre que se habla de innovación se acabe hablando de sostenibilidad del sistema sanitario: “Lo que dedicamos a sanidad y a medicamentos se considera un gasto, cuando lo deberíamos considerar una inversión que es rentable en el corto, medio y largo plazo, por su impacto sanitario, social y económico. Quizá todos esos impactos deberíamos medirlos más de lo que lo hacemos a día de hoy”.
En este sentido, Sellés hizo hincapié en que “para que algo sea sostenible tiene que estar adecuadamente financiado”, y recordó que en España se dedica sólo un 6% del PIB a sanidad pública. “En el ámbito de los medicamentos deberíamos ver más los números y menos las opiniones. En nuestro país dedicamos a medicamentos un euro por habitante al día, esto es, 30 euros por habitante al mes, y con eso tenemos derecho desde a una caja de paracetamol a una terapia celular para tratar una enfermedad grave. ¿De verdad pensamos que con 30 euros al mes tenemos un problema de sostenibilidad?”, se preguntó.
El presidente de Farmaindustria reconoció que cada vez hay más voces que coinciden en considerar al medicamento como una inversión, algo que ha sido refrendado por la crisis del coronavirus. “La pandemia nos está enseñando que no hay economía sin salud y que no hay salud sin medicamentos y vacunas, y éstos no serían posibles sin la innovación. Por tanto, la innovación impacta positivamente en lo sanitario, pero también en lo económico. Ahora lo estamos visualizando mejor que nunca”, concluyó.
Sellés estuvo acompañado en el debate sobre innovación por la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), María Jesús Lamas; la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti; el presidente de la Red Española de Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y prestaciones del SNS, Iñaki Gutiérrez-Ibarluzea; el vocal de la Junta Directiva de la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder) Tomás Castillo, y la presidenta de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Mª Luz López-Carrasco.