La industria farmacéutica tiene actualmente en fase de investigación y desarrollo 140 nuevos tratamientos centrados en el ámbito de las enfermedades psiquiátricas, según los últimos datos de Phrma, la asociación de compañías farmacéuticas de Estados Unidos. Este jueves, 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, que constituye una oportunidad para concienciar y movilizar a la población acerca de cuestiones relativas a la salud mental y que, en esta ocasión, está centrado en la prevención del suicidio.
El 75% de estos tratamientos en I+D presentan mecanismos de actuación completamente nuevos para los pacientes que padecen este tipo de patologías, que, además del sufrimiento de los pacientes y sus familias, suponen un enorme coste para los sistemas sanitarios y de seguridad social, también en materia de baja productividad y absentismo laboral. De hecho, según un reciente informe de la Comisión Europea y la OCDE, las enfermedades mentales tienen un coste equivalente al 4% del PIB de los países de la Unión Europea, una cantidad superior a los 600.000 millones de euros anuales.
Afortunadamente, la existencia de tratamientos cada vez más eficaces está permitiendo atenuar estos efectos negativos. De hecho, el tratamiento con una medicación adecuada permite mejorar en un 32% el rendimiento laboral y generar un ahorro de más de 7.500 dólares por empleado y año, según un estudio publicado por la revista Value in Health.
En términos de salud, se estima que uno de cada seis habitantes de la UE tiene algún problema de salud mental, con todas las limitaciones que supone en los ámbitos laboral, escolar y, por supuesto, de salud: no en vano en 2015 se registraron en los países comunitarios 84.000 fallecimientos directamente relacionados con la salud mental y los suicidios. Por ello, tal como constatan los autores del citado informe de la CE, “promover la salud mental y mejorar el acceso a los tratamientos debe ser una prioridad”.
Acceso y precios asequibles
Precisamente una de las claves para facilitar el acceso es la existencia de precios asequibles. En este sentido, en lo que se refiere a España, cabe destacar por ejemplo cómo los fármacos más utilizados contra la depresión y otros problemas de salud mental han visto reducirse su precio unitario en un 69% entre 2001 y 2016, limitándose el precio mensual del tratamiento a 5,7 euros.
En su conjunto, según estimaciones de la consultora IQVIA, los medicamentos contra la depresión, incluyendo las innovaciones que siguen protegidas por patente, ha visto reducido su coste de tratamiento en un 45,7% desde 2009 hasta 2018, hasta los 11,57 euros mensuales.