El Parkinson es, tras el Alzheimer, la enfermedad neurológica que acapara más investigación biomédica a nivel global, según el último informe de Tendencias globales en I+D publicado por la consultora Iqvia en febrero de 2023.
En concreto y con datos de 2022, hay 96 productos bajo investigación con el fin de tratar esta patología crónica y progresiva, que afecta a más de siete millones de personas en todo el mundo y que el 11 de abril celebra su Día Mundial.
El Parkinson se caracteriza por la degeneración de las neuronas en la sustancia negra del cerebro, cuya consecuencia fundamental es la alteración del control del movimiento. Sin embargo, la afectación no es únicamente motora, existen otros síntomas que van desde la depresión a los trastornos cognitivos, el dolor o problemas de deglución, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN)
En España se estima que son unas 150.000 las personas afectadas de Parkinson, aunque hasta un tercio de los nuevos casos está sin diagnosticar. Son datos de la SEN, que advierte de que el aumento de la esperanza de vida hace prever que la incidencia se triplique en los próximos 30 años.
La investigación biomédica ha puesto el foco en esta patología, que junto al resto de enfermedades neurológicas concentran el 11% de los esfuerzos innovadores. En total, son 699 los productos bajo investigación en el área neurológica, según los datos del informe de Iqvia. La depresión, la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica o la esquizofrenia son otras de las enfermedades que acumulan más ensayos en esta área.
En España, desde 2018 los datos del Registro Español de Estudios Clínicos (REEC) recogen 45 ensayos enfocados a tratar el Parkinson, una enfermedad de la que aún no se conoce la causa, aunque se cree que puede ser una combinación de factores genéticos, derivados del envejecimiento o incluso ambientales.
Estos ensayos clínicos son fundamentales para muchos pacientes, ya que gracias a ellos pueden acceder a medicamentos innovadores de forma temprana y mejorar su calidad de vida.
La SEN recuerda la importancia de un diagnóstico temprano, que permite iniciar el tratamiento de esta enfermedad en las primeras fases y por tanto ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir complicaciones y minimizar la discapacidad a largo plazo.