La industria farmacéutica innovadora es uno de los sectores con un impacto más positivo sobre las sociedades donde se asienta. Un buen ejemplo es Europa, donde el sector farmacéutico mantiene 2,5 millones de empleos (de los que el 46% corresponde a mujeres) y genera un valor añadido bruto de unos 206.000 millones de euros anuales (el 1,4% del PIB de la UE en 2016), sin olvidar su impacto beneficioso sobre la salud de los ciudadanos, ya que los medicamentos innovadores son responsables de la ganancia de 2,5 millones de años de vida en condiciones saludables entre 2007 y 2017.
Los datos corresponden al informe Impacto social y económico de la industria farmacéutica en Europa, elaborado por la prestigiosa consultora PwC y dado a conocer este jueves por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia en sus siglas en inglés). Su directora general, Nathalie Moll, destaca que, si bien “no hay nada tan importante como el efecto transformacional de los medicamentos que descubre y desarrolla la industria en las vidas de los pacientes”, el informe publicado hoy subraya otro aspecto muy relevante: “el papel de la industria farmacéutica como impulsor del crecimiento económico y como agente clave en la lucha de Europa contra la enfermedad”.
El informe compara esta huella de la industria farmacéutica con la de otros sectores productivos. Así, está a la cabeza en valor añadido por empleado y año, con 156.000 euros. Lo mismo ocurre con la firme apuesta por el empleo femenino, con un 46% de mujeres en su plantilla. En ambos casos, muy por encima de otros sectores.
Contribución a la salud
Pero estos beneficios no son sólo económicos, ya que los medicamentos innovadores desarrollados por la industria “mejoran las vidas de millones de europeos a través de su contribución al cuidado de la salud y los positivos efectos sociales que conlleva su uso”.
El informe toma los ejemplos del cáncer de mama y el VIH y refleja cómo en estos casos la actividad de la industria farmacéutica se traduce en un aumento de la productividad de las distintas economías de la Unión Europea de unos 27.000 millones de euros anuales (datos referidos a 2016), mientras que los medicamentos innovadores lograron unos ahorros de costes sanitarios de 13.000 millones de euros entre 2007 y 2017.
En el caso del cáncer de mama. Antes de 2005, muchas pacientes de cáncer de mama agresivo tenían reducidas probabilidades de supervivencia y contaban con tratamientos limitados. La mejora de los tratamientos, gracias a los esfuerzos en I+D de la industria, ha hecho posible tratar a más de 500.000 mujeres con tratamientos mucho más precisos y eficaces entre 2007 y 2017, logrando una ganancia de 1,16 millones de años de vida saludables en términos globales (2,12 años por paciente).
Otra enfermedad donde se han registrado avances notables ha sido el VIH/sida, donde gracias a los nuevos tratamientos antirretrovirales se han ganado, en el mismo periodo, 7,4 años de vida en condiciones saludables por paciente, lo que supone 775.000 años de vida ganados a escala europea.
El informe concluye destacando la importancia de mantener el actual modelo de I+D y el esquema de incentivos a la propiedad intelectual con el fin de que en Europa “se siga fortaleciendo la innovación y fomentando el crecimiento”. De hecho, la existencia de estos incentivos a la innovación, junto con los procedimientos para el acceso temprano a los medicamentos innovadores, figura en el primer lugar de la lista de factores clave para fomentar las inversiones en I+D biomédica por parte de la industria, según una encuesta realizada por PwC en 18 países europeos e incluida también en el informe.