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La evidencia científica sobre el valor sanitario, económico y social del medicamento innovador, premiada por Diario Médico

12:07 Farmaindustria
El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, realizado por la Fundación Weber con el apoyo de Farmaindustria, reconocido como una de Las mejores ideas de la sanidad 2018
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Barcelona, 04.12.2018

Pedro Luis Sánchez (Farmaindustria), Faustino Blanco (Ministerio de Sanidad), Carmen Fernández (Diario Médico) y Álvaro Hidalgo (Fundación Weber).

 

El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, realizado por la Fundación Weber e impulsado por Farmaindustria, que constituye el compendio más completo de evidencia científica sobre el valor del medicamento innovador publicado en los últimos años en España, ha sido distinguido por Diario Médico como una de Las mejores ideas de la sanidad 2018 en la gala celebrada este lunes en Barcelona.

A partir del análisis pormenorizado de más de 500 referencias de la literatura científica sobre el medicamento y su aportación a la sociedad, el informe ofrece una completa visión sobre el valor clínico, económico y social de los nuevos tratamientos, centrándose en las evidencias existentes en tres ámbitos: los beneficios que aportan en términos de salud y calidad de vida, el ahorro de los costes generales e individuales que suponen para la sociedad y su contribución a la mejora de la economía y la productividad laboral.

Según las conclusiones de este profuso informe, que fue presentado en el pasado mes de marzo en Madrid en el marco de una jornada científica, la introducción de nuevos medicamentos contribuye a mejorar de forma notable la salud y la calidad de vida de los pacientes, ya que proporcionan cura a enfermedades que no la tenían, controlan o reducen los síntomas en las patologías crónicas, alargan la supervivencia y mejoran las condiciones de vida de los pacientes y sus familiares.

Pero, además, el informe destaca cómo la innovación farmacéutica permite optimizar los recur­sos sanitarios, genera un importante ahorro de costes directos e indirectos a los sistemas de salud, mejora la productividad laboral y es la base de un dinámico sector productivo que está a la cabeza en inversión en I+D, empleo de calidad, productividad y generación de riqueza para los países. Todos estos factores convierten a los medicamentos innovadores, según el documento, en uno de los instrumentos con mayor capacidad de generar valor añadido a la sociedad.

Medicamentos innovadores, la revolución del cuidado de la salud

El primer aspecto abordado por este informe se centra en cómo los medicamentos han logrado, a lo largo de las últimas décadas, mejorar de forma notable la esperanza y la calidad de vida de las personas en todo el mundo, sobre todo por sus beneficios para las personas que sufren enfermedades graves y prevalentes.

Es precisamente en este ámbito donde se puede hablar de una contribución decisiva de los nuevos medicamentos a la salud, que se ha traducido en que en la sociedad moderna las personas puedan aspirar a vivir más y mejor que sus ancestros. No en vano, según la evidencia científica internacional recogida en el informe de la Fundación Weber, la introducción de nuevos medicamentos es responsable del 73% de la prolongación de la esperanza de vida. En concreto, entre 2000 y 2009 se logró ganar 1,74 años de esperanza de vida en los países integrados en la OCDE, de los cuales 1,27 años son una consecuencia directa de la innovación farmacéutica.

El positivo efecto secundario de los nuevos fármacos

Por otro lado, aunque mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes es el fin primordial de los medicamentos, y en especial de los fármacos innovadores, que buscan superar los resultados de los tratamientos convencionales para beneficio del paciente y constituyen además uno de los elementos clave que garantizan el avance de la ciencia médica, estos medicamentos presentan otro efecto beneficioso menos conocido de índole económica, que recoge también el citado informe.

Y es que los nuevos medicamentos, pese a suponer para los sistemas sanitarios una inversión mayor en primera instancia frente a los fármacos previos, tienen un efecto secundario muy positivo para la sociedad desde el punto de vista económico: ahorran costes de una forma muy importante, tanto en el propio sistema sanitario como en la sociedad y en la estructura productiva de un país.

Este ahorro de costes pasa inadvertido a menudo porque sus efectos beneficiosos se dejan notar en el medio y largo plazo -de forma que cuando se generan estos retornos a la sociedad pocos los asocian con la llegada de las nuevas terapias- y porque hasta ahora no ha existido una dinámica adecuada para poder relacionar los ahorros con los efectos beneficiosos de los fármacos innovadores.

Sin embargo, gracias al informe de la Fundación Weber es posible conocer, por ejemplo, que “el ahorro en costes que generan las innovaciones farmacéuticas es superior al gasto adicional que supone su adquisición, generando ahorros netos a la sociedad y/o al sistema sanitario” debido a que su efectividad “suele ser superior”. Distintos estudios internacionales recogidos en el documento corroboran la existencia de este efecto compensación, “obteniendo unos ratios de ahorro neto de entre 2,4 y 8,3 veces el gasto adicional” que suponen las innovaciones terapéuticas, gracias sobre todo a hospitalizaciones evitadas. Como es lógico, los ahorros son mayores a largo que a corto plazo.

La industria farmacéutica, un Fórmula 1 para la economía y el empleo

La tercera dimensión abordada por el informe es el perfil industrial del sector que está detrás de estos productos: la industria farmacéutica innovadora. Tal como refleja el documento, este sector se ha convertido en uno de los principales dinamizadores de la economía de los países que cuentan con compañías farmacéuticas asentadas, como España, donde es el sector industrial que más invierte en I+D, al ser responsable de uno de cada cinco euros que se destinan a este ámbito estratégico para cualquier economía desarrollada.

Además, el informe destaca la capacidad del sector para generar productividad y valor añadido a la sociedad donde desarrolla sus actividades. De hecho, en España se estima que existen actualmente casi 350 empresas fabricantes de productos farmacéuticos, con una producción valorada en más de 15.000 millones de euros (el 24% del conjunto de la alta tecnología del país) y unas exportaciones superiores a los 10.000 millones de euros.

Por otro lado, la industria farmacéutica genera en España 40.500 empleos directos, de los que seis de cada diez son profesionales con estudios universitarios, y es el sector de la alta tecnología con más empleo (un 58% del total).

Pero los efectos beneficiosos de este sector sobre el mercado de trabajo son muy superiores en el conjunto de la economía, ya que, sumando el empleo directo con los puestos indirectos e inducidos generados por las compañías farmacéuticas como consecuencia de su actividad, el empleo que depende de la industria farmacéutica asciende en España a los 200.000 puestos.

Esto supone que, por cada empleo directo, el sector farmacéutico permite mantener otros cuatro indirectos en España, una ratio que, con leves variaciones, se mantiene en el caso del continente europeo, donde la fuerza laboral directa de las compañías farmacéuticas ronda las 800.000 personas.

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