La consideración de las vacunas como un producto estratégico para la sociedad y la implicación de los profesionales sanitarios son claves para asegurar el mantenimiento de las altas tasas de inmunización en España. Así lo defendió este martes en Madrid el director del Departamento Técnico de Farmaindustria, Emili Esteve, en la jornada En un mundo global, las vacunas cuentan, donde recalcó que las vacunas constituyen una de las medidas de salud pública más eficaces y rentables, así como la principal herramienta de prevención primaria de enfermedades transmisibles.
“Las vacunas son productos realmente estratégicos e imprescindibles para la sociedad desde todos los puntos de vista, y en este contexto es muy importante que los profesionales sanitarios estén alineados con este mensaje porque juegan un papel clave para conseguir mejores índices de vacunación”, indicó Esteve en la sesión, organizada por MSD dentro de los diversos actos que se están celebrando con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización.
Según destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2017 se vacunó a 116,2 millones de niños en el mundo, la cifra más alta alcanzada hasta el momento. Además, desde 2010, un total de 113 países han introducido nuevas vacunas, y más de 20 millones de niños adicionales han recibido inmunización. Sin embargo, todos los objetivos de erradicación de enfermedades, como el sarampión, la rubeola y el tétanos materno y neonatal sufren retraso, y, además, en los últimos dos años se han registrado en el mundo múltiples brotes de sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles mediante vacunación.
Afortunadamente España destaca por la solidez de su sistema de vacunación, especialmente en el caso de los programas infantiles, que permiten coberturas superiores al 95% en menores de dos años de edad, tal como señala el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Gracias a estas vacunas se previenen y controlan las trece enfermedades incluidas en el calendario común de vacunación infantil y se cumplen los objetivos fijados en los planes internacionales de erradicación de la poliomielitis.
Además, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), órgano de coordinación sanitaria donde están presentes el Gobierno y las comunidades autónomas, acordó a finales del pasado año un nuevo calendario de vacunación a lo largo de toda la vida, que enfatiza la importancia de la vacunación en todas las etapas vitales y tiene como objetivo adicional mejorar las coberturas en adolescentes y adultos.
No bajar la guardia
“En España no podemos quejarnos –indicó Esteve– porque tenemos índices de cobertura superiores al 95% en vacunación infantil, hay un Calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida aprobado por el CISNS y contamos con profesionales sensibilizados, pero en este ámbito nunca hay que bajar la guardia”.
En este sentido puso de relieve el crucial papel de la industria farmacéutica, ya que es la responsable de investigar y desarrollar nuevas vacunas, que son productos biológicos muy sofisticados que dependen de una logística de producción muy compleja, sin presencia de genéricos o biosimilares y tienen que ajustarse a calendarios y etiquetados diversos según los países, factores todos ellos que la Administración ha de tener en cuenta, tal como Farmaindustria trasladó recientemente al Ministerio de Sanidad en el marco de una reunión sobre estos productos. “En España tenemos las herramientas necesarias para que todos tomemos conciencia de lo realmente importante que es la inmunización; las vacunas no son un producto más”, agregó.
De hecho, en Farmaindustria existe un grupo de trabajo específico sobre vacunas que reúne a las principales compañías implicadas en este ámbito y que, entre otros, tiene los objetivos de colaborar estrechamente con las administraciones sanitarias para conseguir el mejor cumplimiento posible de la vacunación y adaptar para la sociedad española las iniciativas promovidas por Vaccines Europe, orientadas a asegurar un adecuado acceso a la inmunización y mantener altas tasas de vacunación para preservar la salud pública.