La industria farmacéutica es un sector con una actividad industrial muy relevante en España, hasta el punto de que, sin las más de 80 plantas de producción de medicamentos de uso humano, “hubiéramos estado en una situación catastrófica” en los meses más duros de la pandemia. “Sin las 82 plantas de las que disponemos en España, la situación de las UCI hubiera sido mucho peor de la que fue. En nuestro país no se fabricaban mascarillas y respiradores y sufrimos una importante carestía y, en cambio, los medicamentos no han faltado en ningún momento. Cuando se multiplicó la demanda de productos necesarios para tratar a los pacientes afectados por la Covid-19 en unos pocos días a nivel mundial, fuimos capaces, trabajando con la Agencia Española de Medicamentos, de tener suficientes suministros para que nuestros enfermos estuvieran bien tratados”, recordó el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, en el XIV Congreso de la Asociación de Medicina de la Industria Farmacéutica (Amife) celebrado la semana pasada en Madrid.
De hecho, recordó Urzay, España es uno de los países europeos con un mayor potencial de fabricación de medicamentos; sin embargo, la pandemia ha evidenciado que existe cierta dependencia de mercados asiáticos -sobre todo, India y China- que habría que corregir. “Existe la posibilidad de recuperar autonomía estratégica, y para eso hemos presentado al Ministerio de Industria el proyecto MedEst, que aúna proyectos de inversión de 40 compañías tractoras. Esta capacidad de movilización de recursos es una muestra del compromiso del sector y de sus posibilidades de inversión”, explicó.
Urzay, que participó en una mesa bajo el título Marco actual de actuación de trabajo colaborativo de la Industria Farmacéutica con el sistema, destacó que la industria farmacéutica innovadora es un sector estratégico “por el bien que producimos, un sector tractor de otras muchas actividades -producimos por valor de 15.000 millones de euros, somos la cuarta parte de la exportación de alta tecnología del país y, además, dedicamos 1.200 millones a la inversión en I+D- y, por tanto, somos un sector de oportunidad”.
Respondiendo al planteamiento del coloquio, subrayó la importancia del futuro Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, que el Gobierno ha anunciado para el primer semestre del año próximo: “Es fundamental que ese plan tenga una visión holística, construido sobre la base de tres pilares: industrial, investigación y acceso y sostenibilidad”.
El desafío del acceso para la medicina de precisión
En el XIV Congreso de Amife participó también la directora del Departamento de Acceso, Isabel Pineros, quien profundizó en el reto que supone el acceso a la innovación basada en la medicina de precisión. Pineros informó de que el acceso a los nuevos medicamentos está siendo hoy más complicado que hace unos años. Por ejemplo, solo 58 nuevos medicamentos en oncología de cada 100 autorizados por la Agencia Europea del Medicamento tienen disponibilidad en España, con la consiguiente pérdida de oportunidad para los pacientes.
Para salvar las trabas que existen para la financiación de estos nuevos fármacos propuso trabajar conjuntamente con las administraciones sanitarias para encontrar modelos innovadores que permitan corregir las incertidumbres clínicas y financieras que puedan generar los tratamientos personalizados, así como incorporar los biomarcadores a la cartera de servicios conjuntamente con los medicamentos e impulsar la transformación digital del sistema sanitario, ya que recabar datos y realizar registros serán instrumentos fundamentales para analizar los resultados en salud de estos nuevos medicamentos.
“La medicina de precisión es personalizada, preventiva, predictiva y participativa, por eso cada vez hay más acceso a la información y el paciente es más proactivo”, aseveró Pineros.
Sobre esta necesaria participación de los pacientes en el proceso de investigación y desarrollo de los nuevos medicamentos habló también la directora asociada de Investigación Clínica y Traslacional de Farmaindustria, Amelia Martín Uranga. Para garantizar y optimizar dicha participación ya se han hecho públicas dos guías para investigadores, Administraciones sanitarias, compañías farmacéuticas y pacientes y sus familias, con recomendaciones concretas para reforzar la implicación de los pacientes y sus asociaciones en la I+D biomédica, una para adultos y otra específica para pacientes pediátricos.
Informar sobre medicamentos con rigor
Finalmente, y en otro orden de cosas, el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, José Zamarriego, analizó en el Congreso de Amife el marco en el que se puede hacer promoción e información de medicamentos en el entorno digital.
“Para la toma de decisiones en el entorno digital -explicó- existe una regla de oro: lo que no se puede hacer en el entorno real no se puede hacer en el entorno virtual”. La promoción siempre debe ser objetiva, inmediata, equilibrada y veraz en el entorno digital, del mismo modo que en el entorno real, y si una compañía farmacéutica se dirige al público general no puede hacer, por ley, promoción de medicamentos de prescripción, recordó. No obstante, recalcó, la industria farmacéutica tiene legítima necesidad de informar sobre medicamentos de prescripción a otros agentes que no son profesionales sanitarios habilitados para prescribir o dispensar. Para ello se remitió al nuevo Anexo III del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, incorporado en la actualización de enero de 2021 y que incluye una serie de recomendaciones para ayudar a las compañías a hacer con rigor su labor informativa.