La incorporación de un identificador único para cada envase de medicamentos -una de las exigencias del nuevo Sistema Europeo de Verificación de Medicamentos (EMVO en sus siglas en inglés), que será de aplicación en febrero de 2019 y que busca proteger el suministro de medicamentos ante los riesgos de introducción de falsificaciones– es una gran oportunidad para desarrollar las potencialidades de la información que puede extraerse de este instrumento, puesto que todos los hospitales y oficinas de farmacia tendrán la capacidad de leerlo.
Así lo explicó Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, en una mesa redonda sobre la industria farmacéutica organizada por la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria (AEFI) y celebrada esta semana en el Ateneo de Madrid.
“El código identificador único -indicó Esteve- abre la posibilidad de bloquear una dispensación, conocer mejor la farmacoepidemiología de un medicamento o asociar una dispensación hospitalaria a una determinada indicación con más certeza… Todo ello, a su vez, podría contribuir a fomentar la adherencia a los tratamientos y a mejorar los resultados en salud, puesto que permite, por ejemplo, asociar dispensaciones a tratamientos minimizando con la lectura automática potenciales errores”.
Junto con la introducción del EMVO, que tiene como finalidad principal prevenir la entrada en la cadena del medicamento de productos falsificados, el representante de Farmaindustria abordó otros muchos aspectos relacionados con la industria farmacéutica en España, y desgranó los principales parámetros de este sector en la actualidad: la creciente apuesta por la I+D (el sector batió su récord en 2016 al invertir 1.085 millones de euros); el fomento de un empleo de calidad, cualificado y estable; las mejoras en las áreas de producción, y el compromiso con las buenas prácticas, con el ejemplo de la pionera apuesta por la transparencia.
Esteve también destacó cuáles son, en la actualidad, dos realidades que están llamadas a transformar el sistema sanitario, y que serán claves para la calidad de la prestación a los pacientes y la sostenibilidad y modernización del sistema sanitario: la innovación biomédica disruptiva y la digitalización. Ambos factores permitirán, a su vez, realizar una adecuada medición y evaluación de los resultados en salud de la innovación, clave para la calidad y la eficiencia de los sistemas sanitarios en el futuro inmediato.