“Es un hito sin precedentes que en nueve meses estuviera disponible la primera vacuna eficaz contra la Covid-19 y que ahora tengamos a disposición al menos cuatro vacunas para hacer frente a la pandemia. Eso quiere decir que el modelo de I+D sustentado en la protección industrial funciona”. Con estas palabras, el director de Comunicación de Farmaindustria, Francisco J. Fernández, introdujo su análisis sobre cómo la industria farmacéutica está respondiendo con éxito al reto planteado por la crisis sanitaria, en un encuentro digital organizado este jueves por la firma de asuntos legales Andersen sobre investigación y patentes en la lucha contra la Covid-19.

“Las compañías farmacéuticas asumieron tres grandes compromisos desde el inicio de la pandemia, basados en la investigación, la producción y el acceso”, destacó Fernández. En el primer compromiso, recordó que lo que se hizo fue trabajar en colaboración con la comunidad científica y con las administraciones públicas para ganar tiempo al tiempo. “Y por eso hemos podido tener vacunas disponibles en menos de un año, cuando habitualmente este proceso dura entre 8 y 10 años de media”. En cuanto a la producción, las compañías comenzaron a trabajar en paralelo a la investigación para poder disponer de miles de millones de dosis en el menor tiempo posible. Así, las compañías desarrolladoras ampliaron sus propias plantas de producción y, por otro lado, buscaron acuerdos con empresas de todo el mundo con capacidad para participar en la producción de estas vacunas. “De esta manera -señaló- hoy en día ya se han firmado más de 300 acuerdos colaboración de este tipo, que en su mayoría implican transferencia de tecnología, y que han hecho posible que las vacunas se estén fabricando por un centenar de compañías en hasta 35 países de todo el mundo”.

Gracias a estos acuerdos, la capacidad mundial de producción de vacunas -que era de unos 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia- se ha más que triplicado solo para vacunas de la Covid-19. “Varios organizaciones internacionales que están trabajando sobre el terreno, como Unicef, la consultora Airfinity o la Universidad de Duke, coinciden en sus proyecciones y estiman que en 2021 se habrán producido entre 12.000 y 13.000 millones de dosis. Esta cifra alcanza para vacunar al 70%-75% de la población mundial, toda la población adulta”. Este rápido aumento en la producción de vacunas ha sido posible gracias al sistema de propiedad industrial a través de patentes, que genera un marco de protección y confianza al desarrollador para transferir a los productores tecnología y conocimiento que garanticen la calidad, eficacia y seguridad de las vacunas producidas, indicó.

Con este nivel de producción, el desafío se centra ahora en el acceso de todos los países a estas vacunas. Para ello, la industria farmacéutica se comprometió desde el inicio, dentro de la Alianza Mundial de la OMS, con la Iniciativa Covax, que está respaldada por gobiernos y otras grandes organizaciones sociales y que busca asegurar una distribución equitativa de las vacunas disponibles. “Ahora que la producción de vacunas contra la Covid-19 ya no es el principal problema, el desafío es cómo lograr una distribución equitativa de las dosis. En este punto, la colaboración y la solidaridad de los países que tienen excedente de dosis son críticas para lograr que la vacunación llegue a todos los países”, afirmó el director de Comunicación de Farmaindustria.

Es precisamente lo que han solicitado las organizaciones sociales que integran Covax, como Unicef, la Fundación Gates o la iniciativa GAVI. En un reciente comunicado reclamaron la distribución de los excedentes como medio para lograr la inmunidad global.

En el encuentro digital también participaron el Foro Español de Pacientes, representado por su vicepresidente, Santiago Alfonso, y los socios de Andersen en España José Ignacio Olleros y Elena Sevila.