Una de las grandes lecciones que deja la pandemia de coronavirus es la constatación de la estrecha vinculación entre salud, economía y bienestar tal como se concibe en las sociedades avanzadas. La crisis sanitaria ha provocado una crisis económica y social de profundo calado, y sólo la ciencia -la investigación y el medicamento que surge de ella- puede devolver la normalidad. Por tanto, la inversión en salud, en investigación de medicamentos y en nuestro sistema sanitario es clave para el futuro de toda sociedad moderna. Fue una de las ideas clave que se repitieron este lunes en la Conferencia de Alto Nivel Sanidad+Innovación: un binomio para la España post-Covid, celebrada en Cáceres, en la que se resaltó que el futuro del sector salud tras la experiencia frente al coronavirus debe tener en la investigación una palanca crítica para garantizar el progreso del Sistema Nacional de Salud y también para la recuperación económica y social del país.
“La calidad de la prestación sanitaria está íntimamente ligada a la investigación. No sólo porque el medicamento es hoy un instrumento crítico para combatir la enfermedad, sino porque una robusta actividad de investigación clínica en nuestros hospitales pone a los profesionales sanitarios a la vanguardia científica, y esa experiencia pueden trasladarla luego a su labor asistencial”, aseguró Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, en la inauguración del encuentro. La buena noticia -añadió- es que en España partimos con una ventaja en este terreno. “Somos una referencia internacional en ensayos clínicos de medicamentos. De hecho, durante la pandemia hemos sido el primer país de Europa y el cuarto del mundo en número de ensayos puestos en marcha frente al coronavirus”.
Esto no es fruto de la casualidad, señaló, sino de la solidez del sistema de salud, la cualificación de los profesionales sanitarios, el apoyo de la Administración, que aprobó una legislación pionera en la materia, unas organizaciones de pacientes cada vez más implica-das y una industria farmacéutica comprometida con la I+D. “Hoy, para muchas de las grandes compañías, España es el segundo país del mundo en investigación clínica, sólo por detrás de Estados Unidos, y esta posición privilegiada en ensayos clínicos -afirmó- nos da una ventaja competitiva grande frente a otros países para crear un gran ecosistema de investigación biomédica en un momento clave, cuando caminamos con paso firme hacia una medicina cada vez más precisa e individualizada. Por tanto, tenemos la oportunidad de convertirnos en un gran polo de atracción de inversión internacional en investigación de medicamentos y terapias avanzadas, potenciando la capacidad de nuestro Sistema Nacional de Salud y generando beneficios sanitarios, económicos y sociales”.
En este sentido, el presidente de Farmaindustria recordó un reciente estudio del Real Instituto Elcano, que aseguraba que el farmacéutico es uno de los sectores que en España pueden atraer mayor inversión internacional en investigación, un ámbito en el que la industria invierte al año en el mundo más de 150.000 millones de euros. “Aprovechemos esta oportunidad. Y hagámoslo bien, de forma equitativa, de manera que los pacientes, profesionales y hospitales de todas las comunidades puedan beneficiarse de esta oportunidad”, planteó.
En la misma línea se manifestó el presidente de la Junta Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quién destacó la importancia que tiene la industria farmacéutica en la apuesta por la investigación. “La ciencia es un elemento esencial en el futuro de los países y no hay que olvidar que gran parte de la investigación y desarrollo que se hace actualmente en España la hacen las compañías farmacéuticas”, señaló. Y ligó esta importancia de la investigación con otra de necesidad actual, subrayó, que es la recuperación de la soberanía industrial. “Europa tiene que recuperar la soberanía industrial que ha ido cediendo poco a poco a los países asiáticos, como hemos comprobado durante la pandemia. Y la industria farmacéutica en España tiene que ser un aliado para que podamos recuperar esa soberanía industrial que hemos perdido, sobre todo en el ámbito sanitario y de los medicamentos”.
La salud, sector tractor de la economía
Otra de las lecciones aprendidas en esta pandemia, aseguró el presidente de Farmaindustria, es la constatación de que los fondos destinados a la salud, a la investigación y a la prestación sanitaria deben ser considerados una inversión, y no un gasto, como tendemos a considerarlos. “La evidencia científica nos dice que la investigación en salud genera un alto valor añadido y que cada euro invertido en medicamentos ahorra entre 2 y 7 en otras prestaciones sanitarias”.
Precisamente, el presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), el economista Emilio Ontiveros, que intervino en la jornada con una charla sobre cómo la sanidad puede ser un sector estratégico en España, destacó que en el informe Inversión en sanidad: la vía española hacia la prosperidad, realizado por la consultora, se pone de manifiesto que por cada euro invertido en investigación sanitaria (pública o privada) la economía genera 1,6 euros de valor añadido de manera directa, indirecta e inducida. “La inversión en investigación sanitaria genera efectos tractores que trascienden las ramas productivas más asociadas con la sanidad, impulsando la actividad de servicios especializados, comerciales e industriales, entre otros”, destacó Ontiveros.
López-Belmonte abundó en que está demostrado que la innovación es salud y es eficiencia, y en que los fondos que destinemos a ella aportan retornos tangibles desde la triple perspectiva sanitaria, económica y social: “Potenciar el sector farmacéutico, y el biomédico en general, es invertir en el bien de los pacientes y también en el bienestar presente y futuro de toda la sociedad”.
Sobre esta base, el presidente de Farmaindustria instó a poner en marcha una estrategia conjunta en la que Administraciones públicas y compañías farmacéuticas puedan aprovechar los fondos europeos de recuperación económica para acelerar la reactivación y avanzar en un nuevo modelo productivo para España en el que tengan fuerte protagonismo los sectores basados en la innovación. “España necesita de la colaboración y el compromiso de sectores que ayuden a impulsar la economía para salir cuanto antes de la grave situación económica y social que atravesamos. La sanidad y la innovación biomédica son una oportunidad para España. Y la industria farmacéutica está preparada, y con propuestas sobre la mesa, para ser uno de estos sectores”, aseguró.