Farmaindustria ha asistido este martes en la capital a la toma de posesión del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. El médico Enrique Ruiz Escudero repite al frente de esta cartera en el nuevo Gobierno de coalición PP-Ciudadanos que preside Isabel Díaz Ayuso.
El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, que acudió en nombre de la Asociación, aprovechó la ocasión para reiterar a Ruiz Escudero el compromiso de la industria farmacéutica con el diálogo y la colaboración con la Administración para el impulso del sistema sanitario y el acceso de los pacientes al medicamento. Arnés tuvo ocasión también de departir con el nuevo consejero de Hacienda y Función Pública, Javier Fernández Lasquetty, exconsejero a su vez de Sanidad.
Díaz Ayuso ha señalado que quiere para Madrid un Gobierno que concilie la fortaleza económica y la creación de empleo con la humanización. Precisamente la industria farmacéutica representa esos objetivos, como sector innovador y con capacidad de tracción económica y comprometido con las personas a través de la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y el apoyo a la sostenibilidad del sistema sanitario.
En el caso de la Comunidad de Madrid, las compañías farmacéuticas invirtieron en 2017 casi 120 millones en contratos de colaboración en materia de I+D, el 22% del total invertido en España en este tipo de cooperación con terceros en investigación. Hay que recordar que casi la mitad de la inversión de la industria farmacéutica en I+D, que asciende a 1.150 millones al año en España, se destina a contratos con terceros, como hospitales, universidades y otros centros de investigación, lo que convierte a las compañías farmacéuticas en las grandes impulsoras del tejido investigador en biomedicina.
Los representantes de las compañías farmacéuticas insisten desde hace tiempo en la gran oportunidad que la investigación en medicamentos supone para España. La biomedicina vive un período de grandes avances y España, con un sistema sanitario sólido, profesionales sanitarios muy bien formados, pacientes participativos y una industria farmacéutica que apuesta fuerte, está en una situación privilegiada para dar un salto de calidad que le sitúe como un líder mundial. Una estrategia adecuada a medio plazo que implique a las Administraciones, tanto central como autonómicas, y a los laboratorios permitirá aprovechar esa oportunidad.