La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una patología crónica y de origen aún incierto que se caracteriza por producir inflamación y lesiones a través del tracto gastro-intestinal. Además de estas lesiones, la EII tienen comorbilidades importantes asociadas, como complicaciones musculoesqueléticas (que pueden padecer entre el 20-30% de los pacientes), cutáneas (10-20%), oculares (10%) y complicaciones tromboembólicas (1,2%-6,1%). De igual manera, diversos estudios muestran que los pacientes afectados por esta enfermedad presentan una mayor probabilidad de padecer cáncer colorrectal que la población general.
La EII engloba principalmente dos patologías similares, aunque diferentes: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Y su prevalencia mundial ha aumentado en los últimos años. En España, las cifras que maneja la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU España) apuntan una incidencia que se va aproximando al 1%, con alrededor de 360.000 personas afectadas.
Aunque estas enfermedades no presentan un riesgo alto de muerte, la carga no fatal de estas enfermedades ha aumentado en todo el mundo, pasando a convertirse en la cuarta causa de pérdida de años por discapacidad en enfermedades digestivas en 2017. Tanto la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn, debido a su sintomatología, cronicidad y a que ambas enfermedades suelen aparecer durante la época más productiva de la vida, afectan a todos los ámbitos de la existencia del paciente: los estudios, el trabajo y las relaciones sociales y familiares.
Por tanto, la EII tiene importantes consecuencias sobre el bienestar y el día a día de las personas que la padecen, que merman de manera importante su calidad de vida. Una reciente encuesta realizada por ACCU España en la que participaron casi 6.000 pacientes revela datos que confirman esta realidad: el 54% de las personas indicaban que sienten fatiga o cansancio frecuentemente o siempre; más del 60% padecen dolor abdominal, y el 36,8% habían tenido necesidad de ir urgentemente al baño en las dos semanas anteriores al estudio.
Asimismo, la mitad de los encuestados puntuaban entre 7 y 10 (en una escala de 1 a 10) los efectos de la enfermedad inflamatoria intestinal sobre su calidad de vida. Los problemas emocionales (54,6%), el impacto sobre el trabajo (48,4%) y los efectos sobre el sueño y el descanso (47,3%) son los aspectos destacados por los pacientes sobre los que la enfermedad tiene un mayor impacto.
Si bien todavía no existe una cura para la EII, el tratamiento de las enfermedades inflamatorias intestinales ha evolucionado de forma notable desde los primeros tratamientos basados en regímenes de corticoides para controlar las exacerbaciones. Los medicamentos biológicos han supuesto beneficios para los pacientes, tanto en el control de la sintomatología como en mejoras de calidad de vida, sobre todo en aquellos que no respondían a los tratamientos anteriores o estaban en etapas avanzadas de la enfermedad.
Durante la segunda mitad del siglo XX surgieron los primeros tratamientos que ofrecieron resultados positivos en el tratamiento de la colitis ulcerosa y que a la postre se han convertido en la primera línea de tratamiento en etapas primarias o leves de la enfermedad: la mesalazina y los corticosteroides.
Menos episodios graves y hospitalizaciones
Gracias a una mejor comprensión de las enfermedades y a la investigación sobre sus posibles causas, en los últimos años la industria farmacéutica ha contribuido con diferentes tratamientos para aquellos pacientes que no responden a las terapias de primera línea o que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad. Un ejemplo de estas nuevas terapias se encuentra en los anticuerpos monoclonales anti-TNF como infliximab, adalimumab, golimumab, ustekinumab y vedolizumab. También ha sido aprobado el compuesto tofacitinib, un inhibidor de las vías JAK para los pacientes que no responden o han tenido una respuesta inadecuada a los primeros tratamientos o a la terapia biológica.
Además de las mejoras en el descenso de los episodios graves y las hospitalizaciones relacionadas con la enfermedad, un aspecto fundamental en el tratamiento de la colitis ulcerosa es la mejora de la calidad de vida de los pacientes, sobre todo en aquellos casos en los que la enfermedad se manifiesta en sus formas más graves.
En este aspecto, una revisión realizada sobre los anticuerpos monoclonales infliximab, adalimumab, golimumab, vedolizumab y el inhibidor JAK tofacitinib expone que estos tratamientos mejoran en al menos 16 puntos la calidad de vida relacionada con la salud de los pacientes con un grado de la enfermedad de moderado a grave, tal y como recoge el informe El valor del medicamento desde una perspectiva social 2021.
Este impacto en la calidad de vida de los pacientes y, sobre todo, en la sintomatología asociada a estas patologías es responsable de que sean enfermedades poco visibles en la sociedad, a pesar de su creciente incidencia. Por este motivo, el de ganar visibilidad, este miércoles, 19 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Para esta edición, ACCU España ha querido hacer una “llamada especial a las personas con EII, a sus amistades y familiares. La visibilidad de la EII debe empezar por nosotras y nosotros. Para ello, os invitamos a que, en los próximos días, subáis a redes sociales un pequeño vídeo haciendo el gesto del uno con vuestro índice y diciendo Soy parte del uno por ciento. Para difundirlo, podéis mencionar o etiquetar a los perfiles de redes sociales de ACCU España y utilizar el hashtag #CasiEl1x100”, piden desde la Confederación.