El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, explicó este lunes en el programa Hora 25 de los Negocios, de la Cadena Ser, cómo el modelo de protección industrial a través de las patentes ha sido clave en el hito de haber desarrollado vacunas contra la Covid-19 en menos de diez meses. “Este modelo –subrayó- ha permitido que hoy tengamos vacunas aprobadas con un precio medio de apenas 10 euros. No creo que exista otra bien, que haya tenido que investigarse, desarrollarse y producirse, con una ratio coste-efectividad tan elevada como este”.
Para ilustrar estos datos, Arnés puso como ejemplo el gasto que tendrá nuestro país en las vacunas frente al coronavirus. “Si España necesita 50 millones de dosis y la dosis media tiene un coste de 10 euros, vacunar para tener una inmunidad de grupo va a suponer un coste de unos 500 millones de euros. Ahora piense en el agujero económico que ha tenido nuestro país en un año sin tener vacunas, que ha sido del orden de 150.000 millones de euros. El coste-efectividad por tanto de estos bienes es extraordinario”.
Sobre la posibilidad de expropiar las patentes de las actuales vacunas que están en el mercado, afirmó que, al margen del desastre que a medio plazo supondría “poner en solfa la seguridad jurídica de la protección industrial y de ese modelo de I+D de medicamentos que se sustenta en ella”, no serviría para avanzar en el objetivo de producir más dosis de vacunas. “Hay que darse cuenta de que para fabricar los millones de dosis necesarias hay que tener las instalaciones adecuadas, los equipos humanos preparados y saber producir los ingredientes necesarios, que en algunas vacunas requieren 260 componentes distintos que se fabrican en 60 instalaciones diferentes. No serviría de nada liberar patentes”, insistió.
Los derechos de propiedad garantizan que compañías farmacéuticas en todo el mundo se lancen a la incierta carrera de investigar medicamentos, que implica de media diez largos años, grandes costes (unos 2.500 millones de euros) y, sobre todo, alto riesgo (de cada diez mil compuestos analizados en investigación básica apenas uno llegará un día a ser un medicamento disponible). “Como hemos visto, no todas las compañías que invirtieron en la investigación de estas vacunas han llegado a buen término y algunas se han quedado por el camino”, apuntó Arnés.
“La industria farmacéutica -recordó- ha respondido a lo que la sociedad podía demandarle a este sector. En un tiempo récord, en apenas nueve meses, ha puesto a disposición de la humanidad vacunas eficaces contra esta grave crisis sanitaria que estamos sufriendo. El ejemplo que ha dado el colectivo investigador industrial poniendo una solución para que podamos combatir de manera eficaz a esta pandemia es una responsabilidad asumida por la industria farmacéutica y todos deberíamos sentirnos orgullosos del papel tan importante que ha jugado en esta guerra no solo contra el virus sino también contra el tiempo”.
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