“Desde el inicio de la pandemia, la industria farmacéutica adquirió el compromiso con la Organización Mundial de la Salud de colaborar y compartir conocimiento para ganar tiempo en la investigación y el desarrollo de las vacunas contra la Covid-19, ofrecerlas a todo el mundo un precio asequible y cooperar con los organismos internacionales para un acceso equitativo”. Así lo señaló este miércoles el director de Comunicación de Farmaindustria, Francisco J. Fernández, en una sesión sobre vacunas y acceso a los medicamentos dentro de un curso de verano de la Universidad de La Rioja, en la que también participaron representantes de las organizaciones Oxfam Intermón y Medicus Mundi.
“De esta manera, hoy, en un éxito sin precedentes de colaboración -recordó-, tenemos disponibles cuatro vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento para hacer frente a la pandemia, y las compañías farmacéuticas han logrado triplicar la capacidad mundial de producción de vacunas para poder vacunar a toda la población adulta del mundo este año”. Ahora el reto, añadió, es conseguir entre todos una distribución equitativa de las vacunas, “para lo cual la colaboración y la solidaridad de los países es fundamental”.
“Estos hechos muestran -apuntó- que el modelo de I+D de medicamentos, sustentado en el liderazgo de la industria farmacéutica, la protección industrial y la colaboración público-privada, y sometido a una prueba de fuerza sin precedentes, funciona, y que la colaboración entre industria, comunidad científica y autoridades es hoy y lo será en el futuro crítica para el avance biomédico y el impulso a la medicina de precisión”.
Fernández resumió el compromiso de la industria farmacéutica con las vacunas de la Covid-19 en tres grandes desafíos: investigación y desarrollo, producción y distribución. En el primero de ellos, dijo, lo que se hizo fue trabajar en colaboración con la comunidad científica, gobiernos y agencias reguladoras para ganar tiempo al tiempo. “Y por eso hemos podido tener vacunas disponibles en menos de un año, cuando habitualmente este proceso dura entre 8 y 10 años de media”.
En cuanto a la producción, las compañías comenzaron a trabajar en paralelo a la investigación para poder disponer de miles de millones de dosis en el menor tiempo posible. Además, con el objetivo de movilizar toda la capacidad productora posible, compañías desarrolladoras sellaron acuerdos con empresas capaces de participar en la producción de vacunas. “De esta manera -señaló-, hoy en día ya se han firmado más de 300 acuerdos colaboración de este tipo, que en su mayoría implican transferencia de tecnología, y que han hecho posible que las vacunas se estén fabricando en 83 plantas de producción situadas en 70 países de todo el mundo”.
Colaboración para asegurar la vacunación mundial
Gracias a estos acuerdos, la capacidad mundial de producción de vacunas -que era de algo más de 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia- se ha triplicado sólo en el caso de la Covid-19. “Las estimaciones de entidades como la consultora internacional Airfinity, la organización Unicef o la Universidad de Duke, en Estados Unidos, apuntan a una producción prevista de unos 12.000 millones de dosis a finales de 2021, suficientes para vacunar a la población adulta mundial. Además, se estima que para junio de 2022 la producción total de vacunas alcanzará los 24.000 millones, momento en el cual los suministros de vacunas probablemente superarán la demanda mundial”, destacó.
El desafío actual, apuntó el director de Comunicación de Farmaindustria, se centra en la distribución equitativa de estas vacunas para que lleguen más dosis a los países más empobrecidos. Para ello, la industria farmacéutica colabora, dentro de la Alianza Mundial de la OMS, con la Iniciativa Covax, que está respaldada por gobiernos y otras grandes organizaciones sociales y que busca asegurar un acceso equitativo a las vacunas disponibles. “Es una tarea que nos concierne a todos. Las propias organizaciones integrantes de Covax ya han solicitado a los países que tienen excedentes de dosis que las cedan a los menos desarrollados. La colaboración y solidaridad serán críticas para conseguir la vacunación en todo el mundo”. “Hay que recordar -finalizó- que nadie estará seguro hasta que todos estemos vacunados”.