Unos 235 millones de personas en el mundo, y 30 de ellos en Europa. Estas cifras crecientes de pacientes dan idea del problema real de salud pública y el desafío que representa el asma. Los estudios realizados en España muestran que entre un 3 y un 7% de la población padece esta enfermedad crónica, que ha ido incrementando su incidencia en las últimas décadas.
Además, el asma es la enfermedad crónica más común de la infancia -afecta al 10-12% de los niños- y su incidencia también va en aumento. Según los expertos, el mal control de la enfermedad constituye uno de los factores determinantes en las más de mil muertes anuales por asma en España.
Se caracteriza por “la aparición de episodios de dificultad respiratoria (crisis o ataques), generalmente asociados a otros síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. En la mitad de los casos esta patología aparece como respuesta a determinados estímulos que producen alergia: polen, ácaros del polvo, epitelios de animales, ciertos alimentos, etcétera”, como recuerda el Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), con motivo del Día Mundial de la enfermedad, que se celebra este martes, 5 de mayo.
El uso regular de medicamentos para el asma logra una reducción efectiva de los síntomas y una mejora de la respuesta pulmonar, elevando a su vez la calidad de vida del paciente. Asimismo, reduce la probabilidad de sufrir una exacerbación y puede reducir en más de un tercio las hospitalizaciones asociadas. En este sentido, profesionales sanitarios reconocen que sigue existiendo un importante infratratamiento que se debe corregir.
Sumados a los resultados en salud, se han constatado ahorros netos asociados al tratamiento farmacológico del asma. En España, el coste medio asociado a un paciente asmático no controlado es 2,3 veces superior al de un asmático parcialmente controlado, y 3,7 veces superior al de un asmático controlado, mientras que las pérdidas de productividad laboral (por incapacidad temporal) pasan de representar el 2,6% del coste total al 22% si la enfermedad no está bien controlada, según recoge el informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, realizado por la Fundación Weber para Farmaindustria.
El control de la enfermedad refleja en buena medida la idoneidad del tratamiento farmacológico para el asma, que puede ser de control/mantenimiento o de alivio/rescate. Se ha demostrado que el uso regular de corticosteroides es efectivo en la reducción de síntomas, la mejora de la función pulmonar, la disminución de la hiperrespuesta bronquial y la reducción del número de exacerbaciones. Por su parte, el uso regular de beta-agonistas de larga duración puede mejorar el control del asma y reducir las exacerbaciones. Y más recientemente se han revelado como prometedores los anticuerpos monoclonales, que, además de demostrar su efectividad, contribuyen al fomento de la adherencia.
Hoy, las compañías innovadoras están desarrollando más de un centenar de medicamentos y vacunas para los millones de pacientes afectados por enfermedades respiratorias y cerca de 50 tratamientos específicos para asma, según recogía hace poco más un año la patronal americana de la industria farmacéutica Phrma. En nuestro país, el Registro Español de Estudios Clínicos (REEC), que lidera la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), recoge un total de 184 ensayos para esta patología, de los que casi la mitad están en fase III.
Asma y coronavirus
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha recomendado, con motivo del Día Mundial del Asma, que los niños con esta patología no interrumpan su tratamiento con corticoides inhalados durante la pandemia por la Covid-19: si se suspende el uso de estos fármacos “se puede contribuir a un empeoramiento, lo que puede generar graves consecuencias como, por ejemplo, una crisis de broncoespasmo que necesite de atención hospitalaria e incluso ingreso”.
Según el informe Manejo de alergias e inmunodeficiencias infantiles durante la pandemia de Covid-19, elaborado por la Sección de Pediatría de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica, la recomendación es no suspender los esteroides orales en el tratamiento del asma si el paciente ya está tomando estos medicamentos para controlar su enfermedad, y no evitar la administración oral de esteroides en caso de crisis, incluso si se debe al coronavirus.