Colaborar para asegurar la sostenibilidad futura del sistema sanitario que garantice el acceso a los nuevos medicamentos, potenciar los atributos industriales del sector, con especial énfasis en las inversiones en I+D y empleo cualificado, y potenciar la transparencia y el diálogo con todos los agentes son los principales desafíos en los que trabaja la industria farmacéutica para garantizar que España siga contando en el futuro con una asistencia sanitaria de la máxima calidad, caracterizada por una rápida incorporación de las innovaciones terapéuticas para beneficio de los pacientes.
Así lo explicó este miércoles en Madrid el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, que participó en la jornada Forbes Healthcare Summit junto a otros representantes de diversos ámbitos del sector sanitario.
En este contexto, Arnés defendió que la sostenibilidad del sistema sanitario es “la primera dimensión de trabajo” para la industria farmacéutica, y aseguró que esta sostenibilidad debe ser “compatible con el desarrollo de la actividad empresarial”. “Para conseguirlo, a corto plazo disponemos del Convenio de Colaboración con el Gobierno, orientado al uso racional del medicamento y que establece compensaciones monetarias por parte de la industria si el gasto público crece por encima de lo que lo hace el PIB”, explicó.
Sin embargo, Farmaindustria tiene claro que es a medio y largo plazo como hay que “trabajar para mejorar la eficiencia de sistema sanitario, donde hay margen para hacerlo”, un ámbito donde resulta esencial “evidenciar el valor de cada intervención sanitaria midiendo los resultados en salud que aporta en relación a los recursos que consume”. “Conocer el coste integral de cada paciente a lo largo de su recorrido por el sistema sanitario –añadió- es clave en el actual contexto de transformación donde las innovaciones disruptivas modifican marcos de actuación e intervenciones médicas. Disponer de esta información es clave para tomar decisiones basadas en la evidencia; y si no avanzamos en esa dirección, la incorporación de las innovaciones no podrá hacerse con la celeridad que deseamos”, añadió.
La segunda de las grandes líneas de desarrollo para el sector pasa, según el director general de Farmaindustria, por potenciar los atributos industriales que caracterizan a las compañías farmacéuticas y las sitúan en una posición de liderazgo: una potente inversión en I+D, que se acerca a los 1.100 millones de euros anuales; la creación de empleo joven, cualificado, estable y diversificado, y una dinámica actividad exportadora (más de 10.000 millones de euros anuales) y de producción.
“Todas estas variables –agregó Arnés– se potencian con escenarios regulatorios estables y predecibles, y un entorno económico positivo, pero también con acciones específicas de impulso para esta industria, como por ejemplo el Plan Profarma y los programas de colaboración público-privada en investigación como el Proyecto BEST o el Farma-Biotech. Queremos seguir profundizando en todas ellas para que nuestro sector siga siendo un referente industrial y productivo, un ejemplo del nuevo modelo productivo que queremos para nuestro país”.
Apuesta por la transparencia
La tercera de estas dimensiones estratégicas de futuro es la apuesta por la transparencia, que está en línea con las demandas de la sociedad y con dos líneas de trabajo en la actualidad: la publicación las colaboraciones que implican transferencias de valor a organizaciones y profesionales sanitarios, en cumplimiento del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, y la puesta en marcha del Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SEVeM), conjuntamente con farmacéuticos, distribuidores y genéricos, que supondrá garantías adicionales para la seguridad y trazabilidad de los medicamentos a través de toda la cadena, haciendo aún más difícil la entrada de falsificaciones.
Todas estas dimensiones no pueden entenderse, según Arnés, sin una firme apuesta por el diálogo por parte del sector farmacéutico tanto con las administraciones públicas, para que el sistema sea más eficiente y para que la participación de nuestra industria sea más valiosa, como con los profesionales, para que la interacción con los laboratorios en materia de investigación y formación se traduzca en la mejor práctica posible. “Y por supuesto también con los pacientes, para que su voz pueda abrirse paso, en el respeto siempre de su independencia”, indicó.
El director general de Farmaindustria consideró que el momento actual, pese a las lógicas tensiones presupuestarias, cuenta con las condiciones favorables para plantear todas estas actuaciones, habida cuenta de que, después de años de caídas y a pesar de la llegada de numerosas innovaciones que tienen un componente disruptivo, el gasto farmacéutico está creciendo de forma controlada. De hecho, aunque todavía no hay cifras oficiales para 2017, se prevé cerrar el año pasado con un gasto farmacéutico algo por debajo del crecimiento del PIB y llegar en 2018 al nivel alcanzado en 2010.
“Si bien es cierto que estamos ante una verdadera revolución tecnológica y biomédica que generará cambios profundos en los sistemas sanitarios, no hay que exagerar su capacidad para tensionar el sistema sanitario: ni esta revolución nos traerá cada año soluciones como las de la hepatitis C, ni el sistema es tan frágil que no pueda absorber, con las adaptaciones necesarias, las innovaciones que vienen. Y en eso hay que trabajar, sin generar alarmas infundadas que tanto perjudican a todo el sector y al sistema de salud”, concluyó.
El discurso íntegro de Humberto Arnés está disponible en este enlace.