España es un país de referencia mundial en la investigación de medicamentos, gracias al trabajo colaborativo que desde hace años desempeñan administraciones sanitarias, hospitales, investigadores, pacientes e industria farmacéutica. Esta realidad le ha permitido ser el primer país de Europa y cuarto del mundo en número de ensayos contra el coronavirus, pero aún existe amplio margen para fortalecer y potenciar esta investigación básica y clínica, que cada vez es más internacional, abierta y cooperativa, como se puso de manifiesto en la XIV Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica, celebrada la semana pasada por vía telemática.