A principios de los 90, Europa estaba a la vanguardia de la investigación biomédica y cerca del 44% de los nuevos medicamentos en el mercado habían sido investigados en el continente, frente al 21% de Estados Unidos. Sin embargo, esta relación se ha dado la vuelta y actualmente el 48% de las nuevas moléculas surgen en Estados Unidos y en Europa solo se origina el 22% de los nuevos fármacos. Por ese motivo, según se destacó en una jornada organizada la semana pasada por la Universidad de Barcelona, con la colaboración de Farmaindustria, la Estrategia Farmacéutica Europea que prepara la Comisión Europea debería ser una oportunidad para favorecer un entorno competitivo más ágil y que esa innovación vuelva a producirse en la región.