El medicamento se ha convertido en el instrumento esencial de los sistemas sanitarios modernos y la mejor inversión en salud, porque cura las enfermedades o las controla y reduce sus síntomas y mejora la calidad de vida de los pacientes, familiares y cuidadores. De hecho, los nuevos tratamientos son responsables directos del 73% del incremento de la esperanza de vida en las sociedades modernas, como recoge el informe ‘El valor del medicamento desde una perspectiva social 2021’.