España, junto al resto de la Unión Europea, comenzó el pasado 27 de diciembre a suministrar la primera vacuna aprobada contra el coronavirus. Este hito ha sido fruto de un esfuerzo innovador sin precedentes y de la colaboración entre compañías farmacéuticas, instituciones y centros públicos de investigación, lo que ha permitido sumar recursos para afrontar el mayor desafío al que se ha enfrentado la población mundial en décadas.