Un código de comportamiento exigente y en constante actualización, una Unidad de Supervisión Deontológica independiente que vela por su cumplimiento y una apuesta pionera por la transparencia son tres de los pilares sobre los que se sustenta el compromiso de la industria farmacéutica en España con las buenas prácticas. El sector se anticipó hace ya más de dos décadas con la creación de un Sistema de Autorregulación que ha ido siempre un paso más allá de lo que exige el ordenamiento legal.