En un informe sobre el impacto de la pandemia en los sistemas de salud, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reclamado expresamente a los países europeos que consideren los recursos destinados a la salud como una inversión y no como un gasto. El planteamiento coincide con la postura transmitida por Farmaindustria, que aboga por incrementar la inversión en sanidad pública sobre el PIB para acercarnos a la media de Europa.