La evidencia científica ha demostrado que existen diferencias de género entre hombres y mujeres en cuanto a la salud, y que es necesario hacer estudios teniendo en cuenta esta variable para garantizar la prevención, la mayor precisión en el diagnóstico y la igualdad de derechos de las mujeres a ser atendidas y tratadas eficazmente. La industria biofarmacéutica está sensibilizada con esta realidad y hoy ya son más de 600 los medicamentos en investigación dirigidos a enfermedades que afectan exclusivamente o en mayor medida a las mujeres, como indica un informe de la patronal americana de la industria farmacéutica Phrma.