¿Cómo pueden los diferentes agentes del sector sanitario trabajar conjuntamente para contribuir a una sociedad más sana? ¿Se puede crear un modelo de negocio que ayude a prestar una asistencia sanitaria basada en el valor? ¿Cómo puede la innovación digital de la sanidad contribuir a transformar la experiencia del paciente? ¿Qué bases se deben empezar a construir para el que el SNS sea más sostenible? A estas preguntas proponía dar respuesta la prestigiosa escuela de negocios IESE en su Encuentro Sectorial del Sector Sanitario 2019, celebrado este miércoles, 20 de noviembre, en Barcelona, bajo el lema Healthcare First. Y en su inauguración participó el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, quien analizó el desafío de colocar la salud en el primer plano de la atención de la sociedad: “El reto es muy grande y nos concierne a todos: Administración, profesionales, sociedad, industria farmacéutica, pacientes…”.
“Nos encontramos en unos de esos momentos que se señalan como hitos de la historia por los grandes cambios que vienen y que están determinados por varios vectores. El primero de ellos -explicó Arnés- es la revolución tecnológica en las ciencias básicas de la biología, especialmente en el campo de la genómica y de la proteómica, que nos están llevando al desarrollo de nuevas terapias génicas y celulares y a nuevos mecanismos de acción que están cambiando la forma de entender y tratar la enfermedad”.
El segundo de los vectores es la cronicidad, “en parte consecuencia de lo anterior, porque la terapia actual se está dirigiendo a enfermedades que todavía no tienen solución médica. En España en esta década se ha incrementado en más de un 50% el número de personas que consumen diariamente un medicamento, personas que tienen una enfermedad crónica”.
El envejecimiento de la población es el tercer vector, teniendo en cuenta que en el año 2030 el 7% de la población europea tendrá más de 85 años y que en España el 20% de la población tiene más de 65 años y se espera que ese número de personas se duplique en los próximos 30 años, recordó el director general de la Asociación.
Con este contexto, apuntó como principal reto en la actualidad que “este entorno sea compatible con un sistema de salud sostenible, con una calidad asistencial acorde con nuestras expectativas y que lo pueda pagar nuestra sociedad”.
En este sentido, la industria farmacéutica –dijo- se ha convertido en un aliado para afrontar el desafío por su compromiso con la respuesta a enfermedades sin curación (hepatitis C o VIH), con la sostenibilidad de los sistemas sanitarios (contratos de riesgo compartido, Convenio de colaboración con el Gobierno…) o la inversión en investigación biomédica, entre otros aspectos.
Por la calidad asistencial y la eficiencia
No en vano, Arnés pidió no caer en la “complacencia” y trabajar de manera conjunta para que la calidad asistencial en el SNS no se resienta: “A mi juicio, hay dos ámbitos en los que deberíamos centrarnos de manera prioritaria en los próximos años: el primero es el de la eficiencia, incrementándola especialmente a través de la medición de resultados en salud y de sus costes asociados y, por otro lado, establecer nuevos modelos de precio y reembolso que posibiliten la incorporación de las innovaciones que presentan un coste puntual y extraordinario. Las tecnologías digitales permiten abordar este reto, que requiere complementarse con cambios profundos en las estructuras asistenciales de los sistemas contables y presupuestarios introduciendo una mayor flexibilidad y modernidad en la gestión”.
El segundo de los ámbitos es la dotación de recursos, “que responda a las condiciones de la demanda del país y al grado de satisfacción que se quiere proporcionar a los pacientes desde el ámbito público. Sin duda, en el caso español debe destinarse a la sanidad un mayor porcentaje sobre el PIB que permita retener el talento y a los proveedores de bienes proporcionar un alto valor añadido”.