El acceso de los pacientes a los medicamentos no sólo es perfectamente compatible con la sostenibilidad del sistema sanitario, sino que los fármacos son uno de los elementos clave para asegurar, de cara al futuro, la solidez y calidad asistencial de una sanidad que, en el caso de España, constituye uno de los patrimonios más importantes de la sociedad.
Esta es la idea principal que trasladan dos microvídeos, de apenas un minuto de duración cada uno, que Farmaindustria ha empezado a distribuir hoy a través de sus perfiles en redes sociales (Twitter, Linkedin, Facebook, Instagram y Youtube) con el fin de trasladar, de forma didáctica y sencilla, la realidad de un modelo, como el español, que posibilita la incorporación de las innovaciones sin comprometer la sostenibilidad del sistema sanitario desde el punto de vista de sus costes.
Lejos de conceptos erróneos que aún circulan por las redes sociales, los vídeos recuerdan que los precios de los medicamentos los fija y regula la propia Administración (con la participación de varios ministerios y las comunidades autónomas) y que, en último término, existe un Convenio entre el Gobierno y Farmaindustria que obliga al sector a devolver la diferencia si la inversión pública en fármacos originales crece por encima de lo que lo hace el PIB.
Entre esos dos extremos hay otros mecanismos que facilitan la financiación (acuerdos de riesgo compartido, techos de gasto…) o, incluso, que revisan los precios a la baja a lo largo de la vida del medicamento. Esto crea una suerte de círculo virtuoso que facilita la llegada de innovaciones sin poner en riesgo la sostenibilidad del sistema sanitario. Permiten, por ejemplo, que la proporción de medicamentos de menos de diez años (bajo patente) no supere el 30% del total de las ventas, en un reparto que se mantiene estable, o que más del 80% de los medicamentos que se dispensan en farmacias estén a precio de genérico.
Por otro lado, los tratamientos de mayor precio, como las nuevas terapias génicas y celulares que empiezan a llegar, se destinan a un número muy reducido de pacientes y su coste global es perfectamente asumible. Y a ello hay que sumar que los medicamentos innovadores generan un ahorro en recursos sanitarios de entre 2 y 8 veces su coste inicial, sin contar otros beneficios en productividad (como menores bajas laborales).
En definitiva, los vídeos vienen a demostrar que actual modelo permite una inversión en medicamentos que crece de forma ordenada y, lo más importante, que beneficia a los pacientes, el sistema sanitario y la sociedad sin comprometer su sostenibilidad.