Pedro Luis Sánchez, este jueves, durante su intervención en el IE

Las previsiones de evolución del gasto farmacéutico a corto-medio plazo no muestran un escenario de incrementos preocupantes sino, como ha venido ocurriendo en los últimos años, un horizonte de crecimiento en línea con la evolución del gasto sanitario y el PIB. Así lo ha explicado este jueves Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, como uno de sus argumentos para descartar que el acceso a los fármacos innovadores pueda comprometer en el futuro la sostenibilidad del sistema sanitario en España. Sánchez participó en la mesa de debate El acceso a la innovación en salud. ¿Es un problema para la sostenibilidad? celebrada este jueves en el Instituto de Empresa.

Sánchez detalló que el gasto farmacéutico supone el 1,4% del PIB y apenas el 3,5% del total de gasto público, según datos referidos a 2017. En este contexto, hay que considerar que el gasto público total en España supone el 41% del PIB, mientras que la media de la Eurozona en este concepto es del 47%, con lo que las cuentas públicas tienen aún margen de crecimiento para acoger un posible esfuerzo inversor en materia sanitaria.

En cualquier caso, según los datos expuestos por el directivo de Farmaindustria, la innovación no ha aumentado su peso en el gasto farmacéutico. La cuota de mercado de los medicamentos innovadores (aquellos con menos de 10 años desde su aprobación en España) se mantiene estable por debajo del 30% del total del mercado de fármacos de prescripción desde 2013.

Medicamentos en desarrollo

Ante las alertas que a veces se lanzan sobre el elevado número de innovaciones que van a llegar al mercado en los próximos años (las compañías tienen más de 7.000 productos en investigación pero la gran mayoría no superan las fases de desarrollo preclínico y apenas el 10% de los que alcanzan la fase clínica llega al mercado) y sobre el elevado coste de algunos de estos nuevos medicamentos, Sánchez explicó que muchas veces se omite el reducido número de pacientes que recibirán tratamiento con esos fármacos, cada vez más personalizados, un hecho que reduce sensiblemente el impacto económico de la incorporación de estas terapias.

Por otro lado, cada año hay muchos medicamentos que pierden la patente, lo que influye de forma decidida en una reducción del gasto sanitario merced al sistema de precios de referencia que está vigente en España. Así, la llegada de nuevos medicamentos y la pérdida de patentes de otros, con la consiguiente bajada de precios, generan un círculo virtuoso que modera el crecimiento de la inversión pública en medicamentos.

Incluso las propias previsiones de la Comisión Europea no aventuran grandes amenazas para la sostenibilidad del gasto sanitario público en España a largo plazo. Un informe de esta institución sobre envejecimiento publicado en 2018 espera un aumento de este capítulo en toda la Unión Europea (27 miembros) hasta 2070 del 0,9% sobre el PIB, para situarlo en el 7,5% del mismo. En España, dicha subida sería sólo del 0,6% hasta alcanzar un 6,5% del PIB nacional.

En todo este análisis hay que incluir además, tal y como recordó Sánchez, la aportación de los fármacos innovadores en la generación de márgenes de ahorro de recursos sanitarios, tal como constatan numerosos estudios económicos.

Como colofón, el director del Departamento de Estudios de Farmaindustria incidió en la reducción de los márgenes de beneficio esperados de las innovaciones farmacéuticas. Mientras que en el año 2010 los fármacos que se encontraban en sus últimas fases de I+D tenían una expectativa de rendimiento del 10,1%, en 2018 esta no alcanzaba el 2%, según datos de la consultora Deloitte.

La presentación de Pedro Luis Sánchez está disponible en este enlace.