El ser humano ha logrado grandes avances en el cuidado de su salud y la lucha contra la enfermedad en los últimos cincuenta años. Y la industria farmacéutica ha sido protagonista en buena parte de ellos. Así lo recuerda la Federación Internacional de la Industria del Medicamento (IFPMA en sus siglas en inglés), que celebra esta semana su 50 aniversario con la publicación de un amplio informe titulado 50 years of Global Health Progress (50 años de progreso sanitario global).
El documento recoge algunos de los principales avances científicos logrados en estas cinco décadas y fundamentados en la actividad investigadora de la industria biofarmacéutica, y plantea los grandes retos que afronta este sector. Este recorrido demuestra cuánto puede lograrse gracias a la unión y la colaboración con gobiernos, sociedad civil y empresas. La conclusión principal es un refuerzo del compromiso de la industria para continuar innovando y desarrollando nuevos tratamientos con el objetivo compartido de ofrecer mejores soluciones terapéuticas para todas las personas, en todo el mundo.
Los ejemplos que utiliza la IFPMA en su informe son conocidos casos de éxito registrados en las últimas décadas en la lucha contra la enfermedad, la prevención de la salud y la mejora de la calidad de vida de las personas. Se analizan las vacunas, ampliamente reconocidas como la manera más simple y coste-efectiva de salvar vidas. Las 40 vacunas existentes en la actualidad para prevenir 25 enfermedades evitan cerca de tres millones de muertes cada año.
Enfermedades cronificadas
Otro ejemplo es el combate contra el VIH/sida, no hace tanto tiempo una enfermedad mortal y que ahora puede ser tratada y cronificada, como ocurre ya también con muchos casos de cáncer. E incluso la Hepatitis C, otra patología incurable hace apenas una década y que ahora está en vías de erradicación gracias a nuevas terapias más eficaces que garantizan tasas de curación superiores al 90%.
En la mayoría de estos avances ha tenido un protagonismo destacado la actividad de distintas alianzas globales público-privadas de las que ha sido parte activa la industria farmacéutica, como los programas de vacunación de la OMS en los años 70, que han logrado tasas de vacunación de entre el 75 y el 97 por ciento de la población en todo el planeta, o las iniciativas para la erradicación de la polio o la viruela, culminadas con éxito en los años 80. Desde entonces, hay otros muchos ejemplos de participación de la industria en iniciativas globales tales como el fondo global para la erradicación del sida, la tuberculosis y la malaria, la alianza por las vacunas GAVI o la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas, entre otras.
La industria farmacéutica innovadora desarrolla en España ese mismo compromiso con la mejora de la salud de la población y a través de modelos de colaboración a los que hace referencia la IFPMA en su 50 aniversario. Esta vocación se manifiesta, por ejemplo, en el hecho de que casi la mitad de los 1.100 millones de euros destinados a I+D en 2016 se dedicaron a contratos con centros de investigación, universidades y hospitales, lo que convierte a la industria farmacéutica en uno de los principales dinamizadores de la investigación biomédica en España y mantiene a este país, y a sus profesionales sanitarios, en la vanguardia científica.
Ese compromiso se demuestra también en la relación de la industria farmacéutica con el sistema de salud español y con las autoridades central y autonómicas que lo financian y gestionan. Un ejemplo de ello es el Convenio de colaboración por la sostenibilidad suscrito por Farmaindustria con los Ministerios de Hacienda y Sanidad, que es fruto del diálogo fluido y permanente con el Gobierno y constituye un instrumento clave de control presupuestario, dado que la industria deberá devolver cada ejercicio la diferencia si el gasto público en medicamentos innovadores crece por encima de lo que lo hace el PIB. De cara al futuro, esta herramienta y el espíritu de colaboración que la inspira permitirán seguir avanzando en un entorno cambiante que debe conducir hacia una mayor eficiencia del sistema sanitario.