Aumentar el nivel de transparencia en el conjunto de la cadena del medicamento y fomentar el diálogo y el compromiso firme de todos los agentes implicados son las principales claves que permitirán plantear la solución a las situaciones de faltas o desabastecimientos de fármacos, que responden a un amplio conjunto de factores y que siguen constituyendo hoy, pese a las mejoras logradas en los últimos años, un motivo de ocupación para el conjunto del sector sanitario.
Así lo explicó el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, en su intervención, este martes, en el VII Foro de Distribución Farmacéutica, donde manifestó que, gracias al diálogo y al acuerdo entre los distintos agentes implicados (Administración, industria, distribución y oficinas de farmacia), la situación con respecto a desabastecimientos es hoy en España mucho mejor que en el pasado.
Arnés señaló que, desde el punto de vista de la industria, hay que diferenciar entre un desabastecimiento debido a factores imprevisibles (una catástrofe natural que afecta a la planta de producción, problemas con los proveedores de la materia prima o en la propia cadena de producción etcétera) y aquellas situaciones donde existen causas previsibles, como cuando se dan aumentos de demanda estacional, se plantean cambios en la formulación o expira la patente de un producto.
En este contexto, cuando el desabastecimiento se debe a causas predecibles “los laboratorios tienen la obligación de adelantarse al problema” y deben además informar lo antes posible a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para prever alternativas y encontrar de forma conjunta “soluciones para que ese medicamento vuelva a producirse”.
No obstante, tal como recordó Arnés, en el 80-90% de los casos de faltas o desabastecimientos “existen productos de sustitución en el mercado con el mismo principio activo”. Con todo, recordó, cuando hay riesgo de que se produzca una laguna terapéutica (situación en la que no hay fármaco alternativo), el laboratorio está obligado a seguir suministrando el producto al mercado, incluso en ocasiones en las que no tenga viabilidad económica.
“Los desabastecimientos debido a causas económicas por parte de las compañías farmacéuticas son absolutamente minoritarias”, añadió Arnés, que aludió al comercio paralelo (el desvío al mercado comunitario de stocks de medicamentos) como una de las causas principales de faltas, si bien es cierto que este fenómeno, que era “intensivo” en España en el pasado, es ahora de una dimensión mucho menor.
Trazabilidad y transparencia
Por todo ello, el incremento del nivel de transparencia en el conjunto de la cadena del medicamento que supondrá la puesta en marcha, en febrero de 2019, del nuevo Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SeVEM) será sin duda una garantía adicional para conocer en cada caso en qué punto de la cadena de suministro se localiza el problema y afrontar con mayores garantías los posibles desabastecimientos.
“Gracias a la transparencia que aportará este sistema de trazabilidad –agregó Arnés- veremos dónde se trunca la cadena del medicamento, y tendremos más herramientas encontrar soluciones entre todos a los casos de desabastecimiento, salvo en aquellos donde no se puedan prever las causas”.
De todas formas, Arnés quiso dejar claro que los desabastecimientos, que no son exclusivos de los medicamentos, sino que afectan a otros productos sanitarios, no suponen hoy un problema grave en el país y que España es uno de los países desarrollados que cuenta con mejores procedimientos para evitar estas situaciones. Todo ello no obsta para que la falta de disponibilidad de medicamentos siga siendo “una prioridad” para la industria farmacéutica.