La transparencia es el elemento clave al prevenir conflictos de interés en la necesaria colaboración entre las compañías farmacéuticas y las organizaciones y profesionales sanitarios, una interrelación que resulta fundamental para la investigación de nuevos medicamentos y para su uso adecuado, así como para que los facultativos mantengan debidamente actualizados sus conocimientos científicos.
Así lo explicó este jueves en Santiago de Chile el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria (USD), José Zamarriego, que participó en el seminario internacional Experiencias y desafíos en la implementación de códigos de buenas prácticas y la colaboración multi-actores en el sector biofarmacéutico, organizado por la Cámara de la Innovación Farmacéutica de Chile.
“Gracias a la transparencia damos a conocer a la sociedad que ha existido esa relación entre industria y organizaciones y profesionales sanitarios, y de esta forma cualquier persona puede comprobar cuál es la naturaleza de esa legítima interrelación, previniendo por tanto los conflictos de interés”, agregó el representante de Farmaindustria.
De hecho, esta colaboración tiene consecuencias muy positivas para todos los agentes implicados: para los profesionales sanitarios, que actualizan y mejoran sus conocimientos sobre medicamentos; para la industria, que se beneficia de la experiencia clínica y científica de los sanitarios; para el sistema sanitario, que se dota de profesionales que están a la vanguardia del conocimiento y la investigación biomédica internacional, así como de constantes mejoras farmacológicas, y para los pacientes y la sociedad, como receptores directos de la oferta de servicios sanitarios.
Zamarriego recordó que fruto de esta apuesta por la transparencia, y en virtud de lo establecido por el Código de Buenas Prácticas de la industria farmacéutica, las compañías ya han hecho públicas las transferencias de valor a organizaciones y profesionales sanitarios llevadas a cabo en 2015 y 2016, y en el próximo mes de junio publicarán, ya de forma totalmente individualizada, las correspondientes a 2017. Estas transferencias de valor incluyen, entre otros conceptos, aportaciones a actividades formativas y reuniones científico-profesionales, contraprestaciones por servicios profesionales, donaciones a organizaciones sanitarias e I+D.
A juicio de Zamarriego, esta iniciativa, que responde a un compromiso voluntario de las compañías, “ha convertido a la industria farmacéutica en un referente para otros sectores, porque, a pesar de ser una de las industrias más reguladas e intervenidas, ha adoptado una iniciativa valiente, pionera y sin precedentes”.
Pero la transparencia no se limita a las transferencias de valor, sino que se extiende a todo el Sistema de Autorregulación de la Industria Farmacéutica en España, cuya pieza fundamental es el citado Código de Buenas Prácticas. En este sentido, se publican también, en la página web del Sistema de Autorregulación de Farmaindustria, las recomendaciones de la Unidad de Supervisión Deontológica respecto de las propuestas de colaboración de la industria farmacéutica en actividades formativas y reuniones científico-profesionales, los acuerdos de mediación alcanzados ante la Comisión Deontológica y las resoluciones emitidas por el Jurado de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) en caso de conflicto.
Además de explicar el funcionamiento del mencionado Sistema de Autorregulación, cuyas líneas son comunes con otros países europeos, Zamarriego participó en un taller en el que explicó 100 casos prácticos gestionados por la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria.