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Los medicamentos innovadores suman a los logros en salud ahorros para los sistemas sanitarios y mejoras de la productividad económica

12:00 Farmaindustria
Más de dos tercios del aumento de esperanza de vida se debe a los nuevos fármacos, recuerda Farmaindustria en el XXXV Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina
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2017-10-27, 27.10.2017 | Descargar PDF

Los medicamentos innovadores no sólo suponen mejoras en la esperanza y calidad de vida de los pacientes, sino que su introducción genera también importantes ahorros a medio plazo en los sistemas sanitarios, así como mejoras en la productividad y el crecimiento económico de los países.

En concreto, según un estudio empírico sobre patología cardiovascular citado por Farmaindustria este jueves en el XXXV Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina, por cada 24 dólares de coste extra que suponían los medicamentos innovadores, los sistemas sanitarios se ahorraron 89 dólares en concepto de costes hospitalarios, lo que se tradujo en un ahorro neto de 65 dólares para los sistemas sanitarios.

Estos efectos positivos en la esfera económica son, en todo caso, secundarios a los principales beneficios de los medicamentos innovadores, que se centran en la mejora de la salud y la esperanza de vida de los pacientes. En este sentido, Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, destacó que del aumento de la esperanza de vida registrado entre 2000 y 2009 (cifrado en 1,74 años) un 74% se debió a los nuevos medicamentos lanzados en ese mismo periodo. En el caso de los pacientes de cáncer, se estima que el 83% del incremento de la esperanza de vida media de estas personas, que aumentó en 3 años entre 1980 y 2008, se debe a los nuevos tratamientos que incluyen fármacos antitumorales.

El responsable del Departamento de Estudios de Farmaindustria puso además varios ejemplos concretos que demuestran los efectos positivos en la salud de las personas de los medicamentos innovadores. Uno de ellos es el de los nuevos tratamientos contra la hepatitis C, que han logrado una tasa de respuesta viral sostenida superior al 90%, curando la enfermedad en la inmensa mayoría de los casos, frente al 10% de respuesta que obtenían los tratamientos disponibles a mediados de los años 90.

En el caso de España, se estima que el Plan de Hepatitis C, basado en las nuevas terapias y que ha supuesto hasta ahora un coste de 1.600 millones de euros, ha retornado a la sociedad entre 4.600 y 7.000 millones de euros y ha permitido ganar más de 200.000 años de vida ajustados a calidad extra respecto a los tratamientos convencionales, según dos nuevos estudios realizados por especialistas del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra.

Por otro lado, Sánchez explicó en qué consiste el proceso de I+D de los nuevos medicamentos, que se caracteriza por su complejidad, su larga duración (entre 12 y 14 años), su alto coste (unos 2.500 millones de dólares), su exigente regulación técnica y económica y su elevado perfil de riesgo, ya que se estima que sólo una de cada 10.000 moléculas que empiezan a investigarse acaba convirtiéndose en un medicamento comercializado.

Una inversión de alto riesgo

En cuanto al riesgo de las inversiones que afronta el sector, cabe destacar los resultados de un estudio empírico que estima que sólo tres de cada 10 medicamentos que finalmente llegan al mercado logran ingresos netos que superan los costes medios de I+D, hasta el punto de que el 10% de los medicamentos son responsables del 50% de todos los ingresos netos de la industria farmacéutica.

En este contexto, según Sánchez, resulta esencial que las autoridades sigan protegiendo la innovación mediante los derechos de propiedad industrial, única forma de que el sector pueda seguir investigando en un escenario marcado por costes de I+D muy elevados y plazos muy prolongados.

Con respecto a la sostenibilidad del sistema sanitario, si bien cabe esperar un aumento del gasto farmacéutico, fundamentalmente por el mayor número de pacientes (cronicidad, envejecimiento de la población) y los avances científicos en forma de nuevos medicamentos, este incremento no tiene por qué ser alto, ya que muchos de los fármacos en desarrollo no llegarán al mercado; y otros muchos se dirigen a las mismas patologías o tipos de pacientes. “Además, no sólo hay que observar las innovaciones que vienen, también hay que contabilizar el efecto económico del final de la patente de otros muchos medicamentos”, concluyó Sánchez.

La presentación completa está disponible aquí.

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