Por cada euro que se invirtió en vacunas frente a la Covid-19, se generaron 1,4 euros de ahorro en gastos sanitarios y 3,4 euros en gastos no sanitarios sólo en España. La pandemia, y el hito que se alcanzó gracias al rápido desarrollo de las vacunas, fue un claro ejemplo de que el valor que aportan los medicamentos trasciende sus efectos sanitarios y se extiende a la sociedad y a la economía.
Conocer cuál es el impacto de la innovación terapéutica en esa triple vertiente sanitaria, social y económica es el objetivo del informe El valor del medicamento desde una perspectiva social 2024, que la Fundación Weber y Farmaindustria han presentado este miércoles en Madrid con presencia de representantes del ámbito sanitario y científico, de los pacientes y las compañías farmacéuticas.
“El valor de los medicamentos es especialmente importante en las patologías de alto impacto como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes, porque no sólo afectan a la calidad de vida de millones de personas de manera individual, sino que suponen un desafío considerable para los sistemas de salud por los recursos sanitarios que requieren como por su repercusión en otros ámbitos como el familiar o el laboral”, ha expresado Jesús Ponce, presidente de Farmaindustria.
Precisamente para hacer frente al cáncer se han aprobado más de 115 nuevos fármacos en la última década y la supervivencia ha ido creciendo. En España, los nuevos fármacos fueron los principales responsables del aumento de la supervivencia de los pacientes por cáncer entre 1996 y 2016.
Los fármacos son, en general, responsables de la mejora de la esperanza de vida. En los países desarrollados, la población ganó 1,7 años entre 2006 y 2016, de los que tres cuartas partes se atribuyen a los nuevos medicamentos.
El informe recoge también el impacto de los nuevos medicamentos en las enfermedades cardiovasculares, que se sitúan en las principales causas de muerte y responsables de carga de enfermedad. En los últimos años, los nuevos medicamentos han logrado reducir el riesgo de muerte por problemas cardíacos un 10% y de eventos cardiovasculares en un 25%.
Tanto en enfermedades cardiovasculares como otras de alto impacto como la diabetes, la EPOC o la depresión mayor, el potencial de los medicamentos desde una perspectiva social es enorme. Un estudio en España estimó que aumentar un 10% las tasas de adherencia a esas cuatro enfermedades ahorraría más de 500 millones de euros al año en costes sanitarios directos.
Además de su valor sanitario y social, el medicamento tiene un valor económico pues la industria farmacéutica innovadora es un motor clave para la innovación y el empleo en España. Mientras que las compañías farmacéuticas representan el 0,2% de las empresas industriales, aportan el 2,2% del empleo, el 2,8% de la cifra de negocio, el 3,5% del valor añadido, el 5,6% de las exportaciones y casi el 20% de la inversión en I+D industrial.
En términos de empleo, cada puesto de trabajo en el sector farmacéutico genera otros cuatro empleos indirectos e inducidos adicionales.
Estos son sólo algunos de los datos del informe, realizado en base a una exhaustiva revisión de la literatura y que contiene más de un millar de referencias bibliográficas al impacto sanitario, social y económico de los medicamentos y cuyos resultados principales han sido presentados por la Fundación Weber.
Tras la presentación, el presidente de la Fundación Weber, Álvaro Hidalgo, ha mantenido un coloquio con la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, Carina Escobar; la presidenta del Consejo Español del Cerebro, Mara Dierssen, y el director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, Pedro Luis Sánchez. El acto ha sido clausurado por el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, y el jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), Antonio Blázquez.
“Este informe deja patente que los medicamentos innovadores son un importante activo estratégico para el país. Un símbolo del progreso, un motor social y económico y una palanca para la competitividad. Y todo esto es especialmente relevante en el momento actual, cuando en España y Europa se están definiendo nuevas reglas de juego para el desarrollo de la innovación, la producción de medicamentos y el acceso a los mismos. Es hora de valorar el medicamento como una herramienta poderosa de progreso y bienestar social, la mejor inversión que un país puede hacer”, ha subrayado Yermo en la clausura de la jornada.
Ésta de 2024 es ya la segunda actualización del informe «El Valor Social del Medicamento desde una Perspectiva Social» que se publicó inicialmente en 2018. Sin embargo, el rápido avance de las innovaciones farmacéuticas motivó una primera actualización en 2021 y la que se acaba de presentar, con la incorporación de nueva evidencia científica y experiencias de éxito en la contribución de los medicamentos a la sociedad.