En los últimos años, la aparición de terapias innovadoras ha logrado cambiar el curso de enfermedades tan importantes como el cáncer o el VIH. No en vano, los nuevos tratamientos son responsables del 73% del aumento de la esperanza de vida en países desarrollados. Estudios recientes han constatado cómo cada euro invertido en medicamentos ahorra entre dos y siete euros en otros costes sanitarios.
La eficiencia del sistema, por tanto, requiere valorar no sólo el impacto presupuestario que suponen los medicamentos, sino lo que aportan en resultados en salud. Este asunto ha centrado la participación de la directora del Departamento de Acceso de Farmaindustria, Isabel Pineros, en el Encuentro nacional de gestión sanitaria, financiación y accesibilidad a las nuevas terapias y medicamentos, organizado el pasado lunes por la Fundación Bamberg en Sevilla.
“Cuando sabemos el ahorro en costes sanitarios que generan los medicamentos, cuantificar sólo el coste del medicamento es demasiado restringido e impreciso”, afirmó Pineros, que subrayó el compromiso de la industria para agilizar el acceso de los pacientes a los fármacos lo antes posible. “Es necesario realizar una planificación y establecimiento de criterios para que la industria conozca con antelación las propuestas que debe realizar, para contribuir a disipar la incertidumbre que puede percibir la Administración sobre la financiación de los nuevos medicamentos, tanto desde el punto de vista terapéutico como económico”.
Pineros incidió en la necesidad de establecer “una colaboración directa con las administraciones sanitarias para mejorar la financiación de medicamentos”, un asunto en el que España necesita mejorar, puesto que sólo seis de cada 10 medicamentos que aprueba la Comisión Europea están disponibles en nuestro país. Desde que Europa da luz verde a un nuevo fármaco, pasan de media 17 meses hasta que los pacientes españoles pueden recibirlos. La legislación establece que ese plazo no debe superar los seis meses. “Además de incluir en la financiación con rapidez aquellos medicamentos que llegan para dar respuesta a necesidades médicas no cubiertas, tampoco se debe renunciar a incluir en la prestación todos aquellos medicamentos innovadores que se autoricen después del primero y que se utilicen para tratar la misma enfermedad, ya que la competencia contribuye a la sostenibilidad”, planteó Pineros.
Sobre la sostenibilidad del sistema, que fue clave en el debate, Pineros planteó la necesidad de “promover y facilitar la recogida de la información para conocer los resultados en salud de la inversión en medicamentos, porque es esencial para poder hacer un uso racional del medicamento”. La directora de Acceso de Farmaindustria reivindicó la necesidad de “plantear una visión más a largo plazo” en este asunto y la oportunidad que ofrecen algunos modelos de financiación, como el pago por resultados: “Estos modelos permiten compartir el riesgo Administración-industria, pero se necesitan mejores plataformas que registren resultados, como las que ofrece la inteligencia artificial, que no incrementen la carga burocrática para las comunidades autónomas y mejoren la explotación de los datos para la Administración, pero también para profesionales sanitarios, pacientes e industria”.
La portavoz de Farmaindustria participó en el debate sobre Desafíos y financiación de la innovación terapéutica, en el que participó junto a José Manuel Ventura, director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad Valenciana; Carlos García Collado, subdirector general de Farmacia de Andalucía; Bernard Gaspar, presidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón, y Sergió Ostalé, director de Acceso de GSK y moderador del coloquio.