Juan Yermo, director general de Farmaindustria (derecha), junto a congresistas y empresarios de EEUU.

Uno de cada cinco euros que la industria española invierte en investigación y desarrollo parte del sector farmacéutico. Este es uno de los datos que ponen de manifiesto el papel estratégico de la industria farmacéutica en España y que destacó el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, en el Congreso Transatlantic Capital to Capital Exchange, organizado hace unos días por la Ripon Society y el Franklin Center for Global Policy de Estados Unidos.

Yermo explicó cómo la gran prueba de esfuerzo que supuso la pandemia por Covid-19 mostró la fortaleza del modelo de investigación biomédica, basado en la colaboración público-privada. El director general de Farmaindustria agradeció el trabajo y la flexibilidad regulatoria de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) durante la pandemia y recordó que la acción conjunta pública-privada fue la clave del éxito para impedir desabastecimientos de medicamentos básicos y garantizar la fabricación y el acceso a las vacunas Covid-19 en menos de un año.

No en vano España fue el primer país de Europa y el cuarto del mundo en ensayos clínicos contra el coronavirus. Asimismo, centros españoles participan ya en tres de cada diez ensayos clínicos realizados en Europa, y para muchas de las grandes compañías farmacéuticas internacionales España es el segundo país del mundo en ensayos tras Estados Unidos.

Yermo compartió coloquio sobre El avance médico tras la Covid-19 con Manuel Ibarra, jefe de Inspección y Control de Medicamentos de la Aemps, y congresistas estadounidenses. El objetivo era plantear cómo se pueden aprovechar los éxitos logrados durante la pandemia para impulsar la innovación médica y mejorar los sistemas de atención sanitaria.

Si bien España es un referente a nivel mundial en términos de investigación, el director general de Farmaindustria puso sobre la mesa la necesidad de replicar ese éxito también en la producción, por la vía de la colaboración público-privada y la cooperación con otros países. En ese sentido, subrayó que 18 laboratorios que forman parte de Farmaindustria son americanos y, por tanto, Estados Unidos es un socio clave con el que estrechar relaciones comerciales e industriales.

Yermo también abordó la importancia de la protección de la propiedad industrial con el fin de crear un marco de seguridad y certidumbre jurídica para que las compañías farmacéuticas puedan investigar y desarrollar nuevos tratamientos. En este sentido, mostró su preocupación ante la reapertura de las discusiones en el seno de la Organización Mundial de Comercio sobre la liberalización de patentes de tratamientos y pruebas diagnósticas de Covid. Yermo solicitó a los congresistas estadounidenses una posición en defensa de la protección de los derechos de propiedad industrial y apuntó a que una liberalización de las patentes crearía un precedente muy negativo que podría afectar a la lucha contra futuras pandemias.

En términos de producción, Yermo informó de que España cuenta con 173 plantas de las que 103 están dedicadas a medicamentos de uso humano. Son fábricas muy competitivas, con alta productividad y personal muy cualificado, como reveló recientemente el primer Estudio sobre la implantación industrial del sector farmacéutico en España, realizado por la consultora ManageArt.

Con estas bases, el director general de Farmaindustria incidió en que el sector cuenta con estructura, experiencia, resultados y disposición para seguir creciendo, unos objetivos que necesitan un plan estratégico de país para el sector y el marco regulatorio adecuado para que la industria farmacéutica crezca.

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