La tecnología y la digitalización están cambiando la vida de las personas y también de la sanidad. “En el ámbito sanitario, la transformación digital y el uso de los datos nos va a permitir evolucionar hacia una medicina basada en el valor donde será posible hacer una auténtica evaluación de los resultados en salud”. Así lo expresó el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, en la 28ª edición del IESE Healthcare Meeting, organizado en Barcelona por esta escuela de negocios y que, bajo el lema Byte-medicine: the Revolution of the Convergence of Medicine and Technology, reunió a una veintena de expertos del ecosistema de la innovación en salud.
Urzay destacó que hay esferas de la sanidad donde esta digitalización es ya una realidad, como, por ejemplo, la investigación clínica. “Durante la pandemia, y en colaboración con la Agencia Española de Medicamentos, se tuvo la posibilidad de realizar la monitorización en remoto de los ensayos cínicos, gracias la verificación de los datos fuente. Hoy también es posible combinar las visitas al hospital de los pacientes en ensayos con las consultas virtuales. Todos estos cambios que llegaron con la pandemia se van a quedar ya en la investigación clínica”, afirmó.
Pero, sin duda, aseguró, el campo de la sanidad donde la digitalización y la medición de resultados puede ser más útil es en el del acceso a la innovación. Hoy -resaltó-, el sistema sanitario español tiene un grave problema con el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos que se aprueban en Europa. Urzay citó los datos del informe anual Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa (W.A.I.T. Indicator), elaborado por la consultora Iqvia y publicados hace dos semanas, que ponen de manifiesto que España dispone de menos nuevos fármacos que los países de referencia en Europa y los incorpora más tarde.
“Estamos en busca de soluciones junto a la Administración para arreglar este problema”, dijo Urzay. “Es una situación compleja en la que intervienen muchos factores, pero uno de ellos es la diferente percepción del valor entre los agentes que intervienen en la aprobación y financiación de la innovación. Muchas veces, la Administración ve la innovación como un problema y no como una oportunidad, y si no logramos que los frutos de la investigación consigan mejorar la vida de la gente estamos fracasando todos”, aseguró.
Precisamente, para conocer mejor el valor real de la innovación, el uso de las nuevas tecnologías puede ser de gran ayuda. “La digitalización y el análisis de datos nos permitirán cada vez más cambiar la forma actual de relacionarnos con la Administración durante la etapa de diálogo para la financiación de la innovación y hará que encontremos más puntos de encuentro”. Por ejemplo, destacó Urzay, saber de manera previa cuál es el número de pacientes que se pueden beneficiar de una nueva terapia y así conocer de antemano cuál es el impacto presupuestario es una información de gran ayuda para la Administración. “Tener todos estos datos para responder a las preguntas que nos plantea la innovación biomédica debe hacer que logremos acortar los plazos actuales en la aprobación y financiación de medicamentos y aumentar su disponibilidad para los pacientes”, indicó Urzay.