“La colaboración público-privada durante la pandemia para desarrollar vacunas y tratamientos efectivos contra el coronavirus debería ser el modelo a seguir en España para hacer que la innovación que surge de la I+D de la industria farmacéutica llegue a tener un impacto en la sociedad”. Así lo resaltó el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, en la Cumbre de Innovación celebrada este martes en Madrid por la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM). “El desarrollo de las vacunas frente a la Covid-19 y la posterior producción de miles de millones de dosis ha sido posible gracias a la innovación colaborativa. El reto ahora es intentar mantener entre todos, administraciones públicas y empresas, ese modelo de funcionamiento”, añadió.
Para ello, apuesta por una mayor colaboración entre academia y empresa para hacer que el conocimiento básico llegue a la clínica y a productos finales. “El problema -dijo- es que muchas veces la innovación que sale de la universidad o de los centros de investigación no se traslada a la sociedad. Necesitamos que la innovación no se quede sólo en un concepto científico. Y la innovación, además de fomentarla, hay que comprarla, porque si no el objetivo, que es mejorar la vida de las personas, no lo estaríamos cumpliendo”. López-Belmonte advirtió de que esta situación está sucediendo actualmente con los nuevos medicamentos que está lanzando la industria farmacéutica en España. “Tenemos un grave problema en España con el acceso a la innovación, porque no está llegando a las personas que la necesitan”, señaló.
Aprovechar el potente tejido industrial
Instó, por otro lado, a aprovechar el potente tejido científico, sanitario, universitario e industrial del que disponemos en España en el ámbito de la salud, “que ha brillado con luz propia durante la pandemia”. De hecho, España, que es desde hace años una referencia internacional en investigación clínica de medicamentos, ha sido el primer país de Europa en ensayos contra la Covid-19.
El presidente de Farmaindustria destacó el trabajo realizado por las plantas de producción de medicamentos durante los meses más duros del confinamiento. “Quizás era desconocido hasta ahora, pero tenemos 82 plantas de producción de medicamentos de uso humano en España que lograron responder al desafío que supuso la irrupción de pandemia y la amenaza de una posible falta de medicamentos esenciales. No sólo conseguimos garantizar el suministro en nuestro país en esas semanas tan duras, sino que también pudimos abastecer desde nuestras fábricas a varios países europeos”, destacó
Este tejido productivo, señaló, hace que la industria farmacéutica en España sea, además de un sector de oportunidad para la inversión y la generación de empleo y exportación, un sector estratégico también desde la perspectiva de la seguridad nacional: “Hay que recordar que en plena pandemia, India y China, los productores mundiales de un medicamento tan necesario como el paracetamol, cerraron sus fronteras, por lo que es necesario contar con un sector que nos garantice una producción propia de ciertos medicamentos esenciales”.
En esta línea, López-Belmonte solicitó mejoras en la legislación empresarial como una de las necesidades principales de las empresas españolas para avanzar en el terreno de la innovación. “En un entorno de gran competitividad internacional; lo que reclamamos las empresas de las autoridades, y más en un sector regulado como el nuestro, es disponer de una legislación novedosa que nos permita competir en las mismas condiciones que el resto de las empresas con las que competimos en todo el mundo”, pidió.