Este programa promueve la colaboración entre las compañías farmacéuticas y los investigadores preclínicos para la búsqueda de proyectos con expectativas razonables de convertirse en un fármaco innovador
Creado por Farmaindustria, en su primera década de vida ha analizado 600 iniciativas, seleccionado 125 proyectos e impulsado el desarrollo de más de 40 nuevas moléculas de interés terapéutico
junio 2021
La investigación es la base para generar conocimiento, y éste, a su vez, es esencial para mantener y mejorar el bienestar social y el crecimiento económico. Si esa investigación no puede trasladarse en la práctica a la vida real corre el riesgo de convertirse en un esfuerzo vano.
En este contexto y en el marco de la Plataforma Tecnológica Española de Medicamentos Innovadores, Farmaindustria puso en marcha en 2011 el programa Farma-Biotech, con el objetivo principal de poner en contacto a los investigadores preclínicos procedentes de pymes biotech y de hospitales y centros públicos y privados de investigación con las compañías farmacéuticas capaces de asumir el desarrollo clínico de nuevos fármacos. En otras palabras, se trata de que investigaciones prometedoras no se queden en el camino por falta de una compañía farmacéutica que aporte su conocimiento, experiencia y capacidad inversora para promover desarrollos que puedan convertirlas en un nuevo medicamento.
Los proyectos son seleccionados por su calidad científica y carácter innovador a escala mundial y por un suficiente avance técnico y protección industrial.
se creó en 2011 para poner en contacto a investigadores de ‘start-ups’ y hospitales con compañías farmacéuticas para desarrollar nuevos medicamentos
“El gran reto en la investigación de medicamentos está en detectar el conocimiento allá donde esté y asumir el elevado coste de desarrollar esa potencialidad, con un alto riesgo de fracaso -explica Javier Urzay, copresidente de la Plataforma Tecnológica Española de Medicamentos Innovadores y subdirector general de Farmaindustria-. Farma-Biotech contribuye a acercar a equipos de investigación y pequeñas empresas que generan conocimiento y compañías farmacéuticas que, además de generar a su vez conocimiento, tienen experiencia, liderazgo y capacidad organizativa e inversora para tratar de demostrar que esa opción puede realmente convertirse en una solución terapéutica”.
“El interés de la industria farmacéutica por encontrar nuevos fármacos de origen biológico es creciente -añade-, y precisa hacerlo manteniendo unos costes asumibles, lo que favorece el planteamiento de encontrar productos en desarrollo en centros de investigación o en pequeñas start-ups con los que poder alcanzar acuerdos de colaboración eficaces. De este modo se puede generar un beneficio económico para la compañía farmacéutica e igualmente para la empresa biotecnológica o el centro de investigación, que sin el impulso que le puede proporcionar tal acuerdo tendría enormes dificultades para llevar el proyecto hasta fases avanzadas de la investigación clínica”.
Diez años después, se puede afirmar que la iniciativa ha sido un éxito. Farma-Biotech ha analizado desde 2011 más de 600 iniciativas de investigación biomédica, de las cuales se han seleccionado un total de 125 proyectos, 57 de ellos impulsados por start-ups españolas y 68 por centros de investigación y hospitales. Asimismo, este programa de colaboración ha abordado proyectos avanzados de desarrollo de más de 40 nuevas moléculas de interés terapéutico.
En los encuentros que se celebran periódicamente han participado 42 empresas y 31 centros de investigación y hospitales y ha habido representación de más de 44 compañías farmacéuticas interesadas en los proyectos presentados. En total, más de un centenar de agentes del sector público y privado. El último (en la imagen superior, con el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay) estuvo dedicado íntegramente a proyectos de investigación de potenciales tratamientos desarrollados en distintos laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en una muestra de la cada vez más necesaria colaboración entre el sector público y el privado para impulsar el avance de la investigación biomédica.
están impulsados por ‘start-ups’ españolas
Acercar la investigación al mercado
Con el aval de las buenas cifras que arroja el programa, Farmaindustria ha querido hacer balance de esta década de trabajo acercándose a centros de investigación, start-ups y compañías que en algún momento han formado parte del proyecto para analizar su trayectoria. Es el caso de Patricia Zorrilla, de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) del Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (Idival): “El programa Farma-Biotech es de gran ayuda para tratar de acercar y transferir los resultados de investigación a la industria farmacéutica. La transferencia y la innovación tecnológica son asignaturas pendientes en nuestro sistema de I+D+i y, sin duda, programas como éste ayudan a reducir el gap existente entre la investigación clínica y el mercado”.
Zorrilla relata que han participado en Farma-Biotech con dos proyectos (uno relacionado con una nueva inmunoterapia para el cáncer y el otro relativo a una vacuna bacteriana) y, “aunque todavía no hemos podido materializar una licencia o alianza estratégica con alguna farma en concreto, el programa nos ha dado la oportunidad de poder contactar con centros internacionales de I+D y avanzar en nuestros proyectos en su camino al mercado”.
Una visión similar es la que tiene Katrin Beyer, del Departamento de Patología del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol (IGTP), que trabaja en la detección de la demencia con cuerpos de Lewy a través de la identificación de biomarcadores y que también ha participado en dos ocasiones en Farma-Biotech. “A mí me fue muy útil formar parte de un programa de este tipo, porque nos permite a los investigadores llegar a la industria. Además, aunque no se materialicen proyectos en el momento, nos sirve para entender qué es lo que quieren las compañías y cuáles son los pasos que tenemos que dar para que nuestros productos lleguen al mercado”, sostiene Beyer.
“Es una iniciativa que se tiene que seguir manteniendo, porque es un foro de visibilidad clara y de acercamiento de la pequeña empresa a la grande o de los grupos académicos con posibilidad de transferencia a las empresas donde se puedan desarrollar sus tecnologías. Es fundamental que existan éste y otros similares, porque cuantos más puentes haya tendidos más se avanzará en transferencia y, por tanto, en conocimiento útil para la sociedad”, defiende Ana Martínez, que, además de profesora de Investigación del Centro de Investigaciones Biológicas-CSIC, es fundadora de la spin-off Ankar Pharma.
ya han participado en este programa de colaboración público-privada
Valor para las compañías farmacéuticas
También para las compañías farmacéuticas Farma-Biotech es un programa útil. “Se trata de una iniciativa pionera para resolver el gran problema de la investigación biomédica en España, que es el de la falta de traslación. Proporciona un punto de encuentro entre los proyectos surgidos en el ecosistema de innovación y las compañías farmacéuticas, que son los potenciales inversores que permitirían hacer avanzar esas investigaciones hacia los pacientes. Farmaindustria, además, lleva a cabo un trabajo previo que asegura que se cubren los puntos fundamentales de interés para las compañías”, indica Antonio Gómez, Associate Director Alliance Management de Janssen.
Desde Servier, Carmen Gorostiaga, directora del Departamento de I+D, apunta que Farma-Biotech les “ha venido muy bien de cara al objetivo que teníamos con nuestra central de búsqueda de nuevas moléculas. Nos ha facilitado mucho la detección de distintos centros, recibir la información sobre su investigación y tener la posibilidad de contacto con ellos”. Gorostiaga considera que los centros en los que confluyen clínicos y laboratorios de investigación pueden tener un valor añadido para las empresas farmacéuticas.
Isabel Amat, Global Head of Innovation and Pipeline Management en Reig Jofre, coincide con Gómez en que la selección de los proyectos que se incluyen en el programa es muy buena y científicamente son muy atractivos: “Te abre la oportunidad de ver las cosas interesantes que se están investigando”. La experta sugiere además que Farma-Biotech se plantee no sólo como una iniciativa de captación de inversión, sino también de formación desde las compañías farmacéuticas hacia los investigadores para que éstos puedan articular mejor sus propuestas en el largo camino que supone la investigación preclínica hasta llegar a la clínica.
Superar el llamado ‘Valle de la Muerte’
Por tanto, la experiencia de estos diez años de trabajo ha sido satisfactoria. Pero ¿cómo se podría impulsar este programa o, dicho de otra manera, fomentar aún más la colaboración público-privada y privada-privada en el terreno de la investigación preclínica? El portavoz de Janssen lo deja claro: “Sería necesario que se incentivasen las colaboraciones público-privadas focalizadas específicamente a cruzar lo que se ha venido a llamar el Valle de la Muerte, que es la brecha entre el punto al que suelen llegar los proyectos desde el ámbito académico y el grado de madurez que normalmente requieren las compañías farmacéuticas. Se trataría de enfocar de una manera más precisa los fondos públicos, que de hecho existen, a disminuir de manera significativa el riesgo inherente a la investigación biomédica temprana”.
En la misma línea de superar el Valle de la Muerte se pronuncia la investigadora del CSIC, que sitúa en la fase de la preclínica regulatoria. “Lo que debemos presentar a las compañías a nivel químico, farmacéutico y toxicológico cuando quieren licenciar un producto no está contemplado en nuestro país como proyecto de investigación, sino como proyecto de desarrollo, por lo que no tenemos la capacidad ni ninguna posibilidad ni estatal ni público-privada de realizar este tipo de ensayos para saber si tu compuesto puede llegar a la etapa clínica o no. Encontrar partners que contribuyan a solventar este problema puede ser parte del futuro de Farma-Biotech”, defiende Martínez.
Para otros investigadores, como Beyer o Zorrilla, el gran reto de la investigación temprana sigue estando en la falta de financiación.
Es cierto que aún existe un gran desafío en la transferencia de conocimiento en las fases tempranas de la investigación biomédica, por eso Farma-Biotech lleva diez años poniendo en evidencia buenas oportunidades para el aprovechamiento de la investigación española biomédica en términos económicos concretos y trabajando por hacer la brecha más pequeña. “La competencia por la inversión en I+D biomédica dentro de las propias compañías multinacionales es muy fuerte, y gracias a instrumentos como Farma-Biotech llevamos una década trabajando para atraer esas inversiones y hacer posible que España se convierta en un polo para la I+D biomédica internacional”, concluye el subdirector general de Farmaindustria. Otra razón más por la que si este programa no existiera habría que inventarlo.