La industria farmacéutica asentada en España batió en 2020 su récord de exportaciones, con 12.777 millones de euros, un 5,6% superior al año anterior, lo que sitúa al medicamento como el cuarto producto más exportado del país. Las ventas farmacéuticas al exterior suponen el 22,3% del total de las de alta tecnología, lo que convierte a esta industria, junto con la aeroespacial, en el sector más importante en este ámbito, y son ya el 4,9% del total de exportaciones. Además, como recoge la Memoria de Actividades en 2020 de Farmaindustria -aprobada ayer en la Asamblea General Ordinaria de la Asociación-, el sector es líder de la industria española en productividad, con 173.000 euros de valor añadido bruto por empleado, más del doble de la media de los sectores industriales.
En un año marcado por la respuesta que han dado las compañías farmacéuticas a la pandemia de la Covid-19, el documento -que puede consultarse ya en la página web de la Asociación- confirma a este sector como uno de los principales dinamizadores de la economía española, por sus niveles de exportaciones, empleo y productividad, y constata el carácter estratégico de la industria farmacéutica desde la perspectiva sanitaria, económica y social. Así, los datos de 2020 reflejan de nuevo el liderazgo del sector en I+D (junto a la automoción), donde suma el 18,5% del total de la inversión que en este capítulo hace toda la industria en España. Se trata de un porcentaje especialmente relevante si se tiene en cuenta que la cifra de negocio de las compañías farmacéuticas únicamente supone el 2,2% del total de la industria española, lo que hace que la industria farmacéutica sea también el sector líder, junto al aeroespacial, en intensidad de I+D, que hace referencia a la proporción de la cifra de negocio de cada sector que se destina a investigación y desarrollo.
“Estos datos nos confirman que la industria farmacéutica está preparada para ser uno de los sectores estratégicos que contribuya a la reactivación económica de España y atraiga nuevas inversiones internacionales a nuestro país -asegura Humberto Arnés, director general de Farmaindustria-. Somos un sector tractor de la ciencia y la economía, colaboramos activamente con los centros públicos y privados de investigación biomédica, contribuyendo a su dinamización. Además, cada euro invertido en nuestro sector genera entre uno y dos en otros sectores, y cada empleo directo genera hasta cuatro adicionales”.
Empleo de calidad
Una de las grandes fortalezas de las compañías farmacéuticas en nuestro país, según refleja la Memoria de 2020, tiene que ver con el empleo, que ya supera los 42.600 puestos de trabajo directos y los 170.000 indirectos e inducidos, lo que supone un volumen cercano a los 215.000 trabajadores. El sector destaca en especial por la calidad del empleo: más del 94% son empleos indefinidos; más del 62% son titulados universitarios; más de la mitad son mujeres, y casi uno de cada tres nuevos puestos de trabajo los ocupan personas menores de 29 años.
Asimismo, el sector es líder en empleo en I+D, con cerca de 6.000 personas empleadas, y dos tercios de ellas, mujeres, lo que hace que una de cada cuatro investigadoras empleadas en la industria en España trabaje en la industria farmacéutica. Además, como refleja la Memoria, es con diferencia el sector industrial con más solicitudes de patentes en España en 2020. Las cifras de patentes de medicamentos que impulsa la industria farmacéutica española es clara muestra de la relevancia que tiene dentro de la economía nacional.
Referencia internacional en investigación clínica
Igualmente, tras años de trabajo colaborativo entre compañías farmacéuticas, autoridades sanitarias, hospitales, investigadores y pacientes, España se ha convertido en una referencia internacional en ensayos clínicos. Sólo en 2020 se aprobaron 1.019 estudios, de los que el 34% corresponden a medicamentos para tratar diferentes tipos de cáncer, seguidos de los ensayos de tratamientos contra la Covid-19. En total, actualmente hay en marcha en España más de 3.400 ensayos clínicos en los que participan unos 145.000 pacientes.
“España es ya un país de referencia en la realización de ensayos clínicos. Esta posición tiene un valor que debe ser conocido por la población. Los ensayos clínicos, que prueban los medicamentos en humanos, son en su gran mayoría promovidos por la industria, por lo que aportan fondos para los hospitales que los acogen y se contribuye así a la dotación financiera del sistema sanitario”, apunta Humberto Arnés. “Los Gobiernos de muchos países han tomado conciencia de este modelo y hacen todo lo posible por atraer este tipo de inversiones a sus territorios, con planes sólidos para lograrlo. La competencia es muy grande, ya que hay que recordar que la industria farmacéutica invierte en I+D del orden de 150.000 millones de euros al año en el mundo -añade-, y en España tenemos que definir una estrategia que nos permita aprovechar nuestra posición de ventaja”.
Compromiso con la transparencia, la seguridad y el medioambiente
La Memoria destaca también otros datos que reflejan el compromiso de las compañías de Farmaindustria con otras demandas sociales, como el respeto a las buenas prácticas y la transparencia, que responden a una rigurosa autorregulación a través del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, cuyo cumplimiento garantiza la Unidad de Supervisión Deontológica (USD). La fuerte apuesta de la industria farmacéutica por la transparencia incluye la publicación desde hace dos décadas de las sanciones y mediaciones en aplicación del citado Código; desde hace una década, de las colaboraciones con organizaciones de pacientes, y desde hace seis años, de las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios
La USD supervisa también los congresos y reuniones científico-profesionales, para decidir si las compañías farmacéuticas pueden apoyarlos económicamente. En 2020, el Sistema de Autorregulación analizó y verificó 1.452 reuniones y congresos científicos, 2.432 menos que en 2019, debido a la caída del número de encuentros por la pandemia de coronavirus.
El sector está comprometido también con el medioambiente, especialmente a través de Sigre, entidad sin ánimo de lucro creada por la industria farmacéutica hace ahora 20 años, en colaboración con oficinas de farmacia y distribuidores, para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico. En 2020 se recogió una media de 92 gramos por habitante de envases vacíos o con restos de medicamentos y se logró reciclar el 60% de los envases recuperados.
El compromiso con la seguridad de los pacientes es otro de los ámbitos en los que destaca la industria farmacéutica. Para ello, Farmaindustria puso en marcha, también colaboración con el resto de agentes de la cadena del medicamento y en cumplimiento de la normativa europea, el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SEVeM), que en febrero de 2019 se conectó con éxito a la plataforma europea para el control de las falsificaciones. A lo largo del año, SEVeM superó las 18.000 referencias de medicamentos cargadas en el sistema; los 2.700 millones de identificadores únicos; los 750 millones de envases identificados, y los 500 millones de medicamentos desactivados.
Como resalta Humberto Arnés, “el año 2020, marcado por la pandemia, ha puesto de manifiesto como nunca antes el vínculo existente entre salud y economía, y con ello hemos comprobado el elevado retorno de la inversión que tienen los medicamentos y la importancia de la investigación que los hace posibles. Los países se han dado cuenta de la necesidad que tienen de contar con sectores que producen bienes estratégicos y que en situaciones clave no pueden fallar. La industria farmacéutica es uno de esos sectores estratégicos. Y no sólo, como se ha mostrado, en situaciones de emergencia sanitaria, sino también en la vida cotidiana”.
- La Memoria Anual de Farmaindustria de 2020 está disponible en este enlace.