El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha defendido en un encuentro con sus homólogos europeos para abordar la Estrategia Farmacéutica Europea -elaborada por la Comisión Europea y presentada la semana pasada– la necesidad de asegurar que los pacientes tengan acceso a medicamentos innovadores y asequibles, así como la oportunidad que supone esta iniciativa para conseguir el necesario equilibrio entre la industria y la competitividad del mercado y para crear una Europa atractiva para la industria farmacéutica.
Las palabras del ministro coinciden con lo manifestado por Farmaindustria respecto a la necesidad de que esta Estrategia consiga dar un impulso al nivel de competitividad en materia de innovación biofarmacéutica en el continente. Y es que, como ha recordado estos días la patronal farmacéutica europea Efpia –a la que pertenece Farmaindustria-, en las últimas dos décadas nuestro continente ha pasado de liderar la I+D biomédica mundial a ser el origen de apenas el 23% de los medicamentos innovadores, mientras que el 47% proceden ya de Estados Unidos.
Farmaindustria entiende que esta Estrategia debe ser el marco adecuado para crear las condiciones para que Europa recupere el terreno perdido en innovación biomédica. Sin embargo, la propuesta, ya presentada y que tendrá que concretarse en medidas el año próximo, genera algunas dudas, puesto que, mientras recoge medidas positivas como la necesidad de establecer incentivos para fomentar la investigación en antibióticos o de extender la digitalización en el conjunto de Europa para impulsar la investigación, plantea también reducir los incentivos a la I+D en medicamentos huérfanos (los que combaten las enfermedades raras o poco frecuentes) o pediátricos.
Otra cuestión resaltada por el ministro de Sanidad tras la reunión con sus homólogos europeos ha sido la necesidad de asegurar que los mismos requisitos y estándares exigidos en la fabricación en la UE sean exigidos a los fabricantes situados en terceros países. La industria farmacéutica coincide plenamente con lo expresado por el ministro, dado que una política de apuesta por la industria farmacéutica puede ayudar a conseguir otro de los objetivos de la Estrategia: recuperar parte de la producción de medicamentos esenciales que se ha trasladado desde hace años a Asia.
Por todo ello, la industria farmacéutica ha propuesto a la Comisión Europea la creación de un foro de alto nivel en el que, junto a las autoridades políticas, participen también la industria y otros agentes, como profesionales sanitarios y pacientes, para definir las medidas que han de concretar la citada Estrategia Farmacéutica.
Este foro debería servir para ahondar en la necesaria la colaboración entre el sector público y el privado, como reclamaba en el debate sobre la Estrategia el europarlamentario español César Luena, quien pidió a la Comisión Europea la creación de «una estructura en la que pueda haber un trabajo conjunto de asociaciones de pacientes, Administraciones e industria farmacéutica” para el desarrollo de la Estrategia Farmacéutica.