Nacho Cortés (ConSalud y moderador), Julio Sánchez Fierro (abogado), Begoña Barragán (Gepac), Martín Sellés (Farmaindustria) y Álvaro Rodríguez-Lescure (SEOM).

“En la vida, todos nos enfrentamos a muchos desafíos y a algunas desgracias, y la mayor de las desgracias es que nos diagnostiquen una enfermedad grave. En ese momento nuestra vida cambia radicalmente, nos damos cuenta de que nuestros problemas eran temas relativamente menores y toda nuestra vida empieza a girar alrededor de esa grave enfermedad. Y en ese momento también nos damos cuenta de lo importante que es tener un buen sistema sanitario, bien financiado, dotado con los medios adecuados, con profesionales capacitados y motivados, con una asociación de pacientes que nos apoye y nos oriente. Pero, sobre todo, con un medicamento que nos pueda curar o que nos pueda permitir convivir con nuestra enfermedad lo mejor posible durante los máximos años posibles. Y esto es a lo que se dedica la industria farmacéutica: ayudamos a las personas cuando más lo necesitan”.

Con estas palabras inició Martín Sellés, presidente de Farmaindustria, su discurso en la II Cumbre Española Contra el Cáncer, celebrada este jueves en la sede del Ministerio de Sanidad, en Madrid, y organizada por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) y la Cátedra de investigación, formación e innovación en cáncer de la Universidad Rey Juan Carlos.

La industria farmacéutica tiene fundamentalmente tres grandes responsabilidades, explicó Sellés: desarrollar medicamentos innovadores, ayudar a que los pacientes tengan acceso a esa innovación en un entorno de sostenibilidad del SNS y atraer el máximo de inversiones a nuestro país.

Sobre la primera, recordó algunos datos, como que, a nivel mundial, las compañías innovadoras invierten cada año unos 130.000 millones de euros en investigación básica y clínica. “Es difícil encontrar otro sector industrial que tenga este nivel de inversión en I+D”, precisó. Dicha inversión permite tener en desarrollo unos 7.000 nuevos compuestos, 2.000 de ellos en el área de oncohematología. Y subrayó que desafortunadamente, debido a lo compleja que es la investigación de medicamentos, una inmensa mayoría “no llegarán al final del camino, y sólo unos pocos lo harán”.

Innovar, también en fórmulas para la sostenibilidad

Por esto, “es lamentable tener un medicamento disponible y que los pacientes no puedan acceder a él”. Aquí es donde entra la segunda gran responsabilidad con la que los laboratorios están firmemente comprometidos. “Las compañías han negociado con la Administración fórmulas innovadoras que facilitan ese acceso sin dañar la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario (techos de gasto, riesgo compartido, pago por resultados…)”, valoró Sellés. En este sentido, España está avanzando en estas dinámicas más que otros países del entorno.

A las mencionadas fórmulas hay que sumar el Convenio firmado entre Farmaindustria y el Gobierno, por el que las compañías se comprometen a reintegrar el exceso de gasto en medicamentos sobre el indicador del PIB, “como se ha hecho con respecto al año 2018 y como se hará para 2019”, destacó Selllés, lo que “pone de relieve el claro compromiso de nuestro sector con la sostenibilidad”.

Más financiación para el SNS

El presidente de Farmaindustria matizó que no se puede hablar del reto de la sostenibilidad sin abordar el asunto de la infrafinanciación del sistema público de salud: “A día de hoy dedicamos el 6% del PIB a la sanidad; hace 10 años dedicábamos el 6,5%; por tanto, la inversión sanitaria no ha crecido ni tan siquiera como ha crecido el PIB del país. El Gobierno tiene el objetivo de alcanzar el 7% en el año 2023. Ojalá sea posible, porque, si no, será difícil mantener el nivel de calidad que hemos tenido en el pasado”, aseveró.

Del mismo modo, pidió huir de “mensajes alarmistas y opiniones personales” cuando se trata de analizar la evolución del gasto en medicamentos. “No podemos –dijo- ser alarmistas hablando sólo de las áreas terapéuticas que crecen (en referencia al gasto en oncología), sino que tenemos que analizar el gasto en su totalidad. La realidad es que la inversión farmacéutica pública total en estos años crece en torno al 3-3,5%, que es lo que crece la economía del país en términos nominales”.

La tercera responsabilidad de la industria farmacéutica, la de atraer inversiones a España, tiene como una de las bases la protección del modelo investigador, con el que las compañías contribuyen con centenares de centros de investigación básica y clínica y con miles de profesionales dedicados a la I+D. “Nuestro país es uno de los países líderes en investigación clínica a nivel mundial, liderazgo mayor si cabe en el área de oncohematología. Asimismo, los ensayos clínicos representan ingresos muy importantes para los hospitales españoles, por lo que debemos animar a las comunidades autónomas que hacen poca investigación clínica a que hagan más para evitar perder ese liderazgo”, apuntó Sellés.

A la actividad investigadora –el 21% de toda la I+D que hace la industria en España es obra de las compañías farmacéuticas– se suman también las 80 plantas de producción que este sector tiene en nuestro país, lo que genera empleo de alta calidad, indefinido, cualificado y paritario. “Nuestro sector aporta mucho a los pacientes y a la economía del país, es fuente de riqueza y prosperidad. Los países que logren desarrollar el sector biomédico podrán ofrecer un futuro mejor a sus ciudadanos”, concluyó el presidente de Farmaindustria.

Sellés participó en una mesa de debate bajo el título La sostenibilidad del sistema sanitario y las barreras en los tratamientos frente a las cifras del cáncer, con el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Álvaro Rodríguez-Lescure; la presidenta de Gepac, Begoña Barragán, y el abogado y doctor en Ciencias de la Salud, Julio Sánchez Fierro.