El compromiso de la industria farmacéutica con la transparencia
La razón de ser de la industria farmacéutica es la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, claves en la lucha contra la enfermedad y en la mejora de la esperanza y la calidad de vida, y tal objetivo está indisolublemente ligado al compromiso de contribuir a que todas las personas que los necesiten puedan acceder a ellos. No tendría sentido lograr los mejores medicamentos si los pacientes no pueden beneficiarse de ellos.
Esta actividad empresarial confiere a esta industria un gran compromiso y una gran responsabilidad en dos esferas clave: la innovación, tratando de descubrir y poner nuevos medicamentos a disposición de todos, y la salud, intentando que estos medicamentos cada vez sean más eficaces y se usen mejor para aliviar las dolencias y curar la enfermedad.
Las personas y su salud son el objetivo de todo, y la colaboración es la que permite alcanzarlos: el sistema sanitario, con sus centros e infraestructuras; los profesionales sanitarios, con su conocimiento y experiencia clínica; la industria farmacéutica, con su competencia y capacidad financiera, y los propios pacientes, con su experiencia en el manejo de la enfermedad, cooperan en un modelo de éxito probado, que en las últimas décadas ha revolucionado el cuidado de la salud. No hay que olvidar que el 95% de los medicamentos disponibles han sido desarrollados bajo este modelo y que diversos estudios atribuyen a los nuevos fármacos hasta el 70% del incremento de la esperanza de vida durante los últimos años.
La colaboración se articula en torno a tres grandes áreas: dinamización de la investigación biomédica pública y la formación médica continuada de los profesionales sanitarios (fundamentales para mantener a nuestro país a la vanguardia del conocimiento científico y clínico y afianzar la calidad de la prestación sanitaria), sostenibilidad (Gobierno e industria farmacéutica comparten el objetivo común de facilitar el acceso al medicamento sin poner en riesgo la estabilidad del sistema) y uso adecuado de los fármacos (sólo cuando el medicamento se utiliza bien ofrece toda su efectividad al paciente y es más eficiente para el sistema sanitario).
La colaboración entre industria y profesionales sanitarios es particularmente importante, porque la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos y su uso adecuado no serían posibles en los términos actuales sin la estrecha y constante colaboración entre la industria y el sistema sanitario, tanto con las organizaciones sanitarias como con sus profesionales.
Por eso se dio el paso adelante de transparentar estas relaciones; porque estas colaboraciones implican habitualmente transferencias económicas: donaciones a organizaciones sanitarias para apoyar los servicios que prestan, aportaciones de la industria a los profesionales para facilitar su formación continuada y para costear la prestación de servicios basados en sus conocimientos y experiencia clínica o contraprestaciones por la participación y contribución de centros y profesionales en proyectos de I+D.
Estas colaboraciones benefician a todos, y en particular a los pacientes: actualizan y mejoran los conocimientos de los profesionales sanitarios sobre los medicamentos al tiempo que permiten a la industria hacer el mejor uso de su experiencia clínica y científica, clave para el desarrollo de la investigación biomédica. La transparencia permite prevenir los posibles conflictos de interés.
Por ello, y desde 2016, las compañías adheridas al Código de Buenas Prácticas publican cada mes de junio en sus webs las transferencias económicas realizadas el año anterior a organizaciones y profesionales sanitarios derivadas de las actividades citadas: donaciones a organizaciones sanitarias, aportaciones a actividades formativas y reuniones científico-profesionales y contraprestaciones por servicios profesionales e I+D. El proceso tuvo en junio de 2018 una novedad: todas las colaboraciones (excepto las relacionadas con I+D) serán publicadas de forma individualizada. Hasta ese momento, cabía publicar estos datos de forma individualizada o agregada. La decisión de hacerlo sólo de forma individualizada -avalada por la Agencia Española de Protección de Datos- responde aún mejor al espíritu de la iniciativa de transparencia y convirtió a España en el primer país de Europa en dar este paso dentro de un modelo de autorregulación.
La industria farmacéutica avanza así en su compromiso con la transparencia, iniciado hace años con la publicación de las sanciones y acuerdos de mediación en cumplimiento del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica o de las colaboraciones con organizaciones de pacientes. Es un compromiso voluntario de las compañías farmacéuticas en toda Europa, que responde a las crecientes demandas sociales en transparencia y que convierte al farmacéutico en un referente para otros sectores, porque, a pesar de ser una de las industrias más reguladas e intervenidas, ha adoptado una iniciativa valiente, pionera y sin precedentes. En el caso de España, instituciones públicas, como el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y privadas, como Transparencia Internacional España y el Consejo de la Abogacía Española, así lo han reconocido con su aval y aliento.
En definitiva, la iniciativa de transparencia, que es un proceso vivo que seguirá evolucionando, contribuye a hacer visible en la sociedad el enorme valor de las relaciones entre la industria farmacéutica y las organizaciones y profesionales sanitarios, unas relaciones indispensables y cuya aportación es incuestionable: gracias a ellas el medicamento es posible y su introducción en los sistemas sanitarios es adecuada y eficiente.